por Redacción RPP
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Por Geraldine Guzmán Castillo, coordinadora especialista de la Carrera de Obstetricia de la Universidad Privada del Norte (UPN). Con la tercera dosis se logra el 88% de efectividad en la protección contra el COVID-19, permitiendo que las personas aumenten sus defensas y se protejan de la posibilidad de un nuevo contagio.
Por Geraldine Guzmán Castillo, coordinadora especialista de la Carrera de Obstetricia de la Universidad Privada del Norte (UPN).
Las personas que recibieron la tercera dosis de refuerzo pueden infectarse con la COVID-19. El panorama es complicado: una variante Ómicron mucho más contagiosa y nuevos casos de coronavirus. Según reportes de MINSA, 82% de los contagios registrados en Lima Metropolitana corresponderían a la variante antes mencionada.
Con la tercera dosis se logra el 88% de efectividad en la protección contra la COVID-19, permitiendo que las personas aumenten sus defensas y se protejan de la posibilidad de un nuevo contagio. En un estudio reciente anunciado por Agencia Ejecutiva para la Salud y Seguridad (HSE) del Reino Unido, señala que el riesgo de hospitalización es 81% menor si se tiene las 3 dosis de vacuna.
Aún hay mucho por hacer, de acuerdo con el Repositorio Único Nacional de Información en Salud (REUNIS), sólo el 20.4% de hombres y mujeres mayores de 12 años en el Perú se inmunizó con la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19. Ese porcentaje representa a 5’724,856 personas.
ÓMICRON Y VACUNAS
En una investigación elaborada por expertos del MIT y Harvard, a raíz de la “necesidad desesperada” por parte de la población de saber si las vacunas actuales protegen contra Ómicron, se identificó que las personas que recibieron tres dosis de ARNm tuvieron una neutralización muy significativa contra la variante Ómicron. Esto explica que el refuerzo debe ser de laboratorios Pfizer/BioNtech (por ser la única en el Perú de tipo ARNm). No se ha demostrado la efectividad usando Sinopharm ni AstraZeneca, como refuerzo.
Se ha demostrado que las infecciones de personas vacunadas se han dado, en su mayoría, por reuniones, las cuales aumentan el riesgo de propagación del virus. Aún cuando se está vacunada, la inmunidad disminuye un 8% después de un periodo de 6 meses y mientras mayor es la persona (de 50 años a más), la eficacia se reduce hasta en un 10% (OMS).
Resulta valioso recordar que para la protección frente al COVID-19, se debe usar doble mascarilla, distanciamiento social, lavado de manos, estar en espacios abiertos o ventilados pero sobre todo, si aún está pendiente la dosis de refuerzo, se debe asegurar la vacunación.
Las vacunas nos ayudan a contener la pandemia y son seguras. Además, frente a nuevas cepas, permiten reducir las muertes y las enfermedades más graves, y así convertirla en una dolencia que pueda manejarse en casa.
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