Por: Tomás Caycho-Rodríguez, docente investigador de la Universidad Privada del Norte (UPN). Las consecuencias sociales, económicas y de salud física de la pandemia por COVID-19 impactaron significativamente en la salud mental y el bienestar de la población a nivel mundial.
Por: Tomás Caycho-Rodríguez, docente investigador de la Universidad Privada del Norte (UPN)
Las consecuencias sociales, económicas y de salud física de la pandemia por COVID-19 impactaron significativamente en la salud mental y el bienestar de la población a nivel mundial. En Latinoamérica, se ha reportó un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión en diferentes países de América del Sur, del Norte y Centroamérica, generando la necesidad de prestar más atención al desarrollo de políticas públicas en salud mental.
Se dirigió un estudio transcultural que evaluó el impacto de la pandemia en la salud mental de la población de 12 países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Uruguay) durante el 2021. Parte de la investigación se centró en la evaluación de la coronafobia, un cuadro de ansiedad excesiva a contraer la COVID-19. Las personas que padecen este miedo tienden a experimentar síntomas fisiológicos desagradables desencadenados por pensamientos o información asociada al virus y que están relacionados con la preocupación, estrés, depresión e ideación suicida.
Al comparar el nivel de coronafobia entre los doce países latinoamericanos, se encontró que no hubo muchas diferencias entre ellos; sin embargo, Uruguay presentó menor nivel, mientras que Perú es uno de los países con mayor incidencia.
En el caso de Perú los hallazgos pueden explicarse debido al incremento del número de casos y muertes en la “segunda ola” de la pandemia. Se suman los limitados recursos con que cuenta el sistema de salud peruano, las respuestas tardías del Gobierno y los escándalos sobre el mal uso de las vacunas que generan una mayor incertidumbre y desconfianza.
La variación en los niveles de coronafobia se explica por las diferencias culturales y la información disponible sobre las consecuencias de la COVID-19 en cada país. Las personas pueden experimentar diversos sentimientos y percepciones debido a los diferentes impactos de la pandemia en sus países.
El impacto negativo de la COVID-19 en la salud mental es una prioridad de investigación. Los hallazgos del estudio sugieren que la coronafobia puede ser un problema importante y relativamente común en la población latinoamericana. Se espera que los resultados de la investigación orienten a los profesionales y responsables políticos en la prevención y tratamiento de la coronafobia, reduciendo costos, con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas.
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