Ritual del primer domingo de diciembre: una cucharada de sal para llamar a la abundancia

El primer domingo de cada mes se convierte en una oportunidad propicia para llevar a cabo el ritual de la sal, una práctica que pasa de tradición en tradición cuyos orígenes están enmarcados dentro del Feng Shui, que busca atraer la abundancia a nuestras vidas. La creencia en el poder de los rituales se basa en la convicción personal y la fuerza de la intención.

La premisa fundamental radica en la conexión entre lo que creemos merecer y lo que finalmente recibimos. La ley de atracción se presenta como un elemento clave en este proceso: solo podemos alcanzar aquello en lo que creemos verdaderamente. El primer domingo de cada mes se convierte en un espacio para materializar esta creencia y abrir la puerta a la abundancia.

El ritual de la sal es sencillo pero cargado de significado. Se inicia preparando un vaso de agua con dos cucharadas de sal, ya sea gruesa o fina. Recuerda que la efectividad no reside en los detalles precisos, sino en la fe y la intención con que se lleva a cabo el ritual. Tras dejar reposar el agua durante una hora, se procede a lavarse las manos con ella, recitando un mantra que invoca la protección y la multiplicación del dinero en el hogar.

“La sal es protectora y ella me ayudará a que mi dinero se multiplique y jamás falte en mi hogar”.

El mantra del ritual de la sal

La experiencia personal de quienes la usan refleja un cambio positivo en su vida económica y profesional al incorporar este ritual en su rutina mensual. Afirmaciones como "la sal es protectora" se convierten en herramientas para atraer energías positivas y oportunidades financieras. La repetición del mantra y la realización de gestos simbólicos, como hacer ruido con las manos, se integran en el ritual para potenciar su efectividad.

Este ritual, basado en la creencia y la conexión espiritual, se presenta como un camino hacia la atracción de lo positivo y la construcción de una vida plena.