Starfield es el videojuego principal de Xbox para esta generación. Su lanzamiento ha provocado críticas mixtas en la comunidad. ¿Vale o no la pena?
Dentro de Progamer Podcast, era el único que esperaba con ansias el lanzamiento de Starfield, videojuego de temática espacial desarrollado por Bethesda y publicado por Xbox. Y es que, pese a ser la primera IP de la empresa en años, graves lanzamientos como el de Fallout 76 y más antecedentes mellaron la confianza que existe hacia la empresa comandada por Todd Howard.
Tras años de espera, retrasos y bromas internas entre la comunidad, el juego finalmente ha salido al mercado de PC y Xbox Series X|S y ha generado una avalancha de críticas mixtas: mientras unos lo ponen como deplorable, otros lo consideran una obra maestra. Y tras nuestro primer recorrido, creo que podremos contarte si es que para nosotros vale la pena o no ir por Starfield.
Campaña y narrativa
La historia de Starfield nos pone en la piel de un minero que, en medio de una de sus exploraciones, encuentra un llamado Artefacto que le brinda una experiencia única. Este suceso hace que llegue a una antigua facción llamada Constelación, un grupo de viajeros y exploradores espaciales que trata de descifrar su origen y su significado.
El universo del juego es, valga la redundancia, el universo. Como parte de la historia principal, vamos a recorrer múltiples sistemas solares, aterrizaremos en sus planetas y satélites y seguiremos un rumbo social como ya es propio de los juegos de rol de Bethesda, con diversas facciones y realidades conviviendo en una misma línea temporal.
En sí, la línea narrativa central inicia de forma lenta, con poca recompensa tanto en lore como en interés; pero llega un momento en el que explota fuertemente y mantiene enganchado con temáticas de ciencia ficción. Su duración es corta, de aproximadamente 20 horas, pero en un juego como este sabemos que no es su punto principal.
Y es que realmente son las misiones secundarias de este juego las que toman el protagonismo en tu experiencia. Claramente, en un mundo tan vasto, es imposible que todas tengan la misma calidad, pero un gran número de las misiones en los que nos involucraremos en las ciudades que visitemos o en las facciones que decidamos ayudar/atacar serán memorables, con momentos muy buenos que, como recalco, pueden incluso superar a la línea principal.
Dicho esto, debo señalar que su historia no es una reinvención a la rueda, pero los múltiples caminos que puedes tomar hacen que sea más que disfrutable. Existen algunas misiones en las que incluso tú puedes elegir si deseas conversar con el rival para evitar un derramamiento de sangre, si decides robar a sus espaldas, ser sigiloso o simplemente entregarte al combate de armas. Y las recompensas son lo suficientemente altas como para perderse en el cosmos a propósito.
En este apartado, es importante señalar que, a diferencia de juegos como No Man’s Sky, el peso narrativo es aún mayor, por lo que, si has jugado este título ya en el mercado, verás como positivo esta cualidad.
Jugabilidad
Cómo jugar Starfield es un misterio que vas a resolver pasadas las 5 u 8 horas de juego. No miento: pensé que solo era yo, pero realmente he visto la misma experiencia viendo mayores reseñas o análisis de medios y prensa.
Iniciaremos personalizando nuestro personaje con uno de los editores más completos que he visto, un completo acierto que hay que aplaudir.
Tras ello, el juego se basa en exploración. Es probable que puedas recoger casi todo del suelo, lo que provoca que tengas que detenerme mil veces a leer qué ítem está desperdiciado por el escenario.
Pero si hay algo realmente gigante son los escenarios. Estamos hablando de cientos de astros que podremos navegar con nuestra nave, una básica que se nos brinda al inicio y que luego debemos cambiar por otra más poderosa con los Créditos, el dinero del juego.
Dicho esto, Starfield tiene un punto flaco con el tema de navegación a comparación de otros juegos: vamos a depender mucho de las pantallas de carga. Para ir de sistema a sistema, se necesitan saltos gravitacionales, los cuales se activan con un botón y que te teletransportan a la nueva locación espacial. Aquí es completamente entendible que tengamos pantalla de carga porque entre un punto a otro existen millones de años luz de distancia. Sin embargo, el verdadero punto flaco es que, una vez en órbita, nuestra nave no puede aterrizar en el astro, sino que tiene que ir a un menú a escoger el punto del planeta o satélite donde desea aterrizar, provocando una cinemática de ascenso en tierra fértil y nos generará otro menú para ver si realmente deseamos explorar a pie el territorio o deseamos nuevamente regresar al espacio.
Sucede igual al momento de atracar un puerto espacial: al momento de la conexión, nos sale una cinemática con otra pantalla de carga (aunque detallosa porque recrea las grabaciones reales del atraque de vehículos de transporte como Crew Dragon). Y no nos olvidemos de las batallas entre naves con rivales de otras facciones o piratas interestelar, los cuales, a mi punto de vista, no tienen mayor espectacularidad.
El único punto positivo que le veo es que, al recorrer los menús al momento de cada salto o viaje espacial, el usuario lee con detenimiento el nombre de cada sistema con sus miembros estelares; hecho que, ya sea porque así lo pensaron o no, realmente expande el conocimiento científico sobre nuestro universo.
Ya en tierra firme, debemos hablar de otro de sus puntos flaco: el gunplay. Disparar en este juego se siente ok, pero nada más allá de ello. Eso sí, existen una infinidad de armas con múltiples mejoras y rarezas, pero ciertamente los combates a mano armada no son lo más llamativo. Ya que son muchas veces obligatorios, te acostumbras a ellos, pero ciertamente no llegan a ser momentos claves de tu experiencia.
A este punto le sumo la inteligencia artificial, otro bajón que te saca de la inmersión de estos momentos de acción. Los rivales no acertarán sus balas y siempre se ocultarán de manera brusca y poco inteligente, mientras tus aliados se interpondrán en tu camino en más de una ocasión o simplemente te hablarán de espaldas en algunos momentos.
Dejemos un poco el ranteo y veamos lo positivo en jugabilidad.
Por ejemplo, mantiene un excelente árbol de habilidades, el cual podrás mejorar cada vez que subas de nivel. Existen mejoras en habilidad física, social, científica, y tecnología, cada una más interesante que la otra.
El mismo hecho de interactuar con las personas de cada ciudad abre un sinfín de posibilidades. Me encanta el sencillo, pero eficaz sistema de persuasión, brindando diálogo que pueden exasperar a la otra persona, pero que también pueden reducir las posibilidades de una pelea.
Me gusta mucho también que puedes ser perseguido por una facción si es que realizas un paso en falso en alguno de sus territorios. Incluso podrás ir a la cárcel por si tus delitos van por robo o contrabando.
Incluso podrás tener padres (es una opción que deberás elegir al principio), interactuar con ellos y hasta comprar tu casa que podrás personalizar al máximo.
Y también podrás crear tu propio recinto con materiales que vas recolectando en tus aventuras. Y hasta el editor de nave es una maravilla: podrías pasar horas intentando convertir en realidad tus más grandes sueños de navegante espacial.
Y es que Starfield es eso: es la libertad de poder hacer lo que te plazca la gana en el espacio. De explorar libremente planetas e intentar descifrar misterios en sus áridos territorios (aunque tengan algunos límites invisibles o hasta poca fauna), o de conversar con los habitantes de ciudades como Neón o Nueva Atlántida y descubrir que más de uno tiene un secreto, una misión oculta o más que un cuadro de diálogo diciéndote que está bien. Que no te queden dudas: las horas en el juego irán creciendo exponencialmente sin que te des cuenta y solo bastará con que te enganches con un estilo de gameplay o rol para que eso suceda.
Aspecto técnico
En cuanto a gráficos, Starfield no se ve como un juego para explotar la Xbox Series X, pero considero que el esfuerzo, más que se vea realista (o hasta el límite del motor gráfico que usa), es que sea detalloso. Y en eso sí acierta.
Las ciudades están llenas de múltiples curiosidades y están muy bien cuidadas en cada punto principal. Las diferentes arquitecturas, desde una base militar, una espacial, un sitio cyberpunk o simplemente un lugar congelado, están recreados con gran calidad, por lo que te maravillarás en más de una ocasión por la ambientación.
El soundtrack también mantiene un gran nivel y acompaña de forma precisa las acciones del jugador. En este punto añado los diálogos hablados, con un gran trabajo en el inglés, aunque no tan cuidado con el español en cuanto a sincronización con los labios del personaje que nos habla.
He jugado Starfield en una PC con un procesador Ryzen 5 2600 con 16GB de RAM y una tarjeta gráfica RTX 3070 y no he tenido ningún problema de optimización: lo he jugado en 1080p a 60 cuadros por segundos constantes.
Eso sí, y ya deberíamos estar acostumbrados en parte, son los bugs de marca Bethesda. No es el juego más bugeado del mundo, ese puesto lo tiene Cyberpunk 2077, pero sí que tiene más que un problemita técnico. Por fortuna, ninguno me obligó a reiniciar la misión o partida, aunque sí una vez se me cerró completamente el juego. La mayoría de los problemas está centrada en su IA y los problemas de físicas de los NPC o rivales.
¿Vale la pena Starfield?
Creo que aquí la pregunta se responde de acuerdo con las expectativas y comparaciones.
En lo personal, he sentido un poco de decepción con los viajes estelares, los cuales son la base angular del juego, y ha sido más que nada por ver los menús y pantallas de carga, pero la verdad no esperaba entretenerme tanto con la narrativa y las misiones del universo.
La ambientación de muchos lugares, los personajes que los habitan, los detalles que están relacionados a la ciencia que me gusta (astronomía) y los secretos que he ido encontrando han provocado que el juego, sin ser perfecto, se convierta en uno de mis favoritos del 2023.
Starfield, como juego de rol, lo hace muy bien. Como un simulador espacial y juego de acción, tiene sus deficiencias. Pero como un elemento combinado, es un juego que tiene los argumentos suficientes para calar en más de un jugador. Y también es prueba de que la división de Microsoft no solo tiene dinero y billetera, también potencial para plasmar sus ideas en un producto masivo.
Y si aún tienes dudas, qué mejor que suscribirse al Game Pass y darle una oportunidad. Y si ya tenías una suscripción, es prácticamente un regalo. Qué mejor que aprovecharlo.
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