Tuvimos la oportunidad de jugar Star Ocean: The Divine Force y aquí te contamos los motivos por los que no lo puedes perder de vista si gustas de los RPG.
Star Ocean: The Divine Force es la sexta entrega en la franquicia Star Ocean, una de las sagas de RPGs japonesas que aparecieron durante la época dorada de este género a finales de los 90. Desarrollada por Tri-Ace, también autor de la contemporánea Valkyrie Profile, y distribuida por Square-Enix, esta obra aparece unos 6 años después de su antecesor, un videojuego que -por desgracia- le hizo mucho daño a la franquicia.
Integrity and Faithlessness, la quinta entrega y la que precede al título del que hablamos ahora, se lanzó con la promesa de ser un regreso triunfal de la saga que se mantuvo en pausa por largo tiempo para celebrar su 20 aniversario. No obstante, este no solo terminó siendo el peor título de esta franquicia acostumbrada a un alto estándar, sino que además sepultó todo interés y esperanza puesto en él tanto por veteranos como por nuevos adeptos. Un desastre como pocos se han visto en la industria.
Por ello, The Divine Force no solo viene a ser un interesante RPG lanzado en un año donde el género parece haber resurgido, sino que además busca reivindicar a una saga y, sobre todo, a un desarrollador que nos brindó maravillas como Star Ocean: The Second Story o Til’ the End of Time en sus años mozos. A continuación, te explicamos porqué consideramos que lo ha logrado con creces al menos tras haberlo jugado.
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Una nueva odisea a través del espacio
The Divine Force nos permite elegir uno de dos personajes al inicio del videojuego: Raymond Lawrence, un comerciante espacial perteneciente a un largo linaje de estos profesionales, y Laeticia Aucerius, la princesa del reino de Aucerius en el planeta Aster IV. Pese a que las historias de ambos protagonistas convergen, podremos ver distintos eventos desde la perspectiva del personaje elegido.
En nuestro caso, decidimos iniciar con Raymond, por lo que nuestra aventura inicia de la siguiente forma: el comerciante estaba transportando mercancía junto a su tripulación a bordo de su nave espacial Ydas. De repente, una nave de la Federación Pangaláctica los intercepta y comienza a atacarlos. El capitán y sus compañeros se ven obligados a evacuar en cápsulas de escape antes de la destrucción de la nave y varios de ellos, incluyendo el protagonista, van a parar a Aster IV, un planeta en vías de desarrollo.
En este territorio inexplorado, Raymond conoce a Laeticia y a su escudero Albaird, quienes partieron de la capital real con una misión. Extrañados por los avanzados dispositivos tecnológicos del comerciante y tras solidarizarse con su situación, ambos protagonistas deciden unir fuerzas para cumplir sus objetivos, siendo el de Raymond hallar al resto de su tripulación que también aterrizó en este planeta.
No obstante, Raymond no llegó en tiempos de paz. El Reino de Aucerius está en guerra contra el Imperio Vey’l, su mortal enemigo, por lo que el protagonista comenzará a involucrarse cada vez más en los asuntos de este planeta. Por desgracia, pese a que todo fue hecho con buenas intenciones, tanto Raymond como Laeticia ignoraron que su aventura remecerá el equilibrio del Universo y vivirán las consecuencias de sus actos.
Desde su primera entrega en 1996, Star Ocean siempre mantuvo la fusión entre la clásica -y hasta saturada- fantasía medieval con la ciencia-ficción como principal característica y este título no es la excepción. Los elementos de ambos géneros se combinan en este nuevo guión con resultados destacables. Si bien la historia tarda un poco en arrancar, llega un punto en el que el ritmo del argumento mejora hasta el punto en que ya no hay marcha atrás y logra enganchar al jugador.
Puede que la narrativa sea bastante tradicional y no rompa esquemas, pero la ejecución es sobria y, al menos en nuestro caso, pudo atraernos gracias a los elementos futuristas y espaciales introducidos a medida que se desarrolla el videojuego. Incluso si las primeras horas pueden ser predecibles, nada nos prepara para lo que comienza a suceder una vez que el conflicto principal toma relevancia. Podemos decir que la historia de The Divine Force cumple con el estándar de las buenas entregas de la saga Star Ocean.
Por otra parte, los personajes están bastante marcados por clásicos arquetipos que ya hemos visto en numerosas obras japonesas. “El protagonista cool”, “la princesa refinada”, la “chica energética”, entre otros más. No obstante, estos no se quedan en simples clichés y podemos profundizar más sus relaciones con otros miembros del elenco jugable gracias a los “Private Actions”.
Este sistema nos permite conversar con los miembros de nuestro grupo cada vez que llegamos a un nuevo pueblo o ciudad para acceder a diálogos y misiones secundarias ocultas. Gracias a ello, podemos conocer sus trasfondos, motivaciones, preferencias y muchos detalles que quizás consumirían demasiado tiempo si fuesen agregados en la historia principal.
Raymond y Laeticia resaltan por ser los protagonistas de The Divine Force pero lo cierto es que uno llega a encariñarse con todo el elenco jugable y hasta con algunos personajes secundarios. Elena, Midas, Nina, Albaird, Marielle y el resto de miembros del equipo son sólidos personajes que quedarán en la memoria de los fans de la franquicia al igual que varios otros de entregas anteriores.
El frenesí de la batalla nunca se sintió mejor en Star Ocean
Por fortuna, incluso si la trama de The Divine Force es algo lenta al inicio, lo que no lo es en lo absoluto es su sistema de combate. Si bien Star Ocean es una de las franquicias más icónicas de los videojuegos de rol japoneses, llamarlo RPG de acción es lo correcto dado que ese es el subgénero al que pertenece.
A diferencia de sus antecesores, las peleas ocurren cuando el jugador se acerca a los enemigos en los amplios escenarios sin necesidad de transicionar a una “arena de combate”. Los cuatro personajes que conforman el grupo pueden realizar acciones básicas de este tipo de videojuegos como saltar, correr, esquivar, cambiar a otro luchador y usar el “Stop Mode” que detiene el tiempo por completo y nos permite cambiar nuestra estrategia, elegir un objetivo o usar un objeto durante la batalla con mayor comodidad. Pero, estos no es lo más llamativo de este sistema.
El combate tiene su base en los “chain combos”, mecánica que nos permite configurar una serie de ataques, habilidades y hasta objetos en los botones principales del control para utilizarlos rápidamente. Hasta tres comandos pueden ser colocados en las ranuras de los comandos para que, al presionar el botón correspondiente en sucesión, liberemos las acciones configuradas previamente desde el menú principal. Además, existe una ranura adicional cuyo comando puede ser activado manteniendo presionado el botón en lugar de solo pulsarlo.
Cada personaje tiene una enorme variedad de habilidades de combate y activas a las que pueden acceder gracias al “skill tree”. En este árbol esquemático, se puede desbloquear ranuras usando SP -el cual se gana al subir de nivel- para obtener mejoras en los principales atributos (puntos de salud, ataque, inteligencia, defensa y agallas), aumento de resistencias elementales y, por supuesto, los impresionantes poderes que son únicos para cada miembro del equipo. También podemos desbloquear habilidades pasivas que otorgan diversos efectos al personaje y pueden ser asignadas en una de las tres ranuras disponibles.
Gracias al SP, las habilidades de combate, activas y pasivas desbloqueadas también se pueden potenciar para que el daño que provocan a los enemigos o sus efectos aumenten. Todas estas conforman el arsenal de los protagonistas para acabar con los múltiples enemigos que se encontrarán a lo largo de la aventura. Para liberar nuestros devastadores combos necesitaremos AP, puntos de acción que nos brindan al iniciar una pelea.
Cada comando que usemos consumirá una cierta cantidad de AP y podremos recuperarlos esperando un tiempo sin hacer alguna acción. Esto le añade estrategia a lo que de otro modo sería un sistema para presionar botones a lo loco ya que nos veremos limitados por la barra. Dado que los AP no se recuperarán si esquivamos o corremos, nuestro posicionamiento y decisiones serán clave para no ser destruido por los ataques enemigos que pueden acabar con nuestros puntos de salud rápidamente.
Por suerte, los chain combos no son lo único que tenemos a nuestra disposición para atacar. The Divine Force incorpora a D.U.M.A., un robot con cierta relevancia para la trama que nos brinda habilidades antigravitacionales. Utilizando el botón correspondiente, podemos usar esta máquina para levantar una barrera que bloqueará los ataques enemigos. Además, si lo mantenemos presionado, nos alejaremos del rival en la mira para que, al soltarlo, volemos hacia este objetivo lanzando un ataque adicional.
D.U.M.A. también tiene otras funciones a las que podemos acceder a medida que avancemos en la historia principal como Estery Cage, la cual aumentará la defensa de todo nuestro equipo a cambio de bloquear las otras funciones del robot, y el devastador Vatting, la cual libera la habilidad definitiva de cada personaje. Cada uno de estos poderes consumen una barra alternativa al AP llamada VA que se recarga con cada ataque que conectemos.
El combate de Star Ocean: The Divine Force es frenético, complejo y divertido, además de ser fiel a la filosofía de diseño de Tri-Ace la cual consiste en innovar introduciendo elementos interesantes a la sólida base jugable de anteriores entregas. No supone una revolución del RPG de Acción pero logra crearse un estilo propio que lo diferencia del resto de exponentes de este género y, sobre todo, entretiene al jugador.
Con tantas opciones disponibles, es posible que algunas personas consideren que la dificultad del videojuego no es elevada, pero diferimos en este aspecto. Dependiendo del rival, tu conocimiento de las mecánicas y tu habilidad con el control, The Divine Force puede ofrecerte un auténtico reto sobre todo en la dificultad “Universe”.
Fuera del combate, D.U.M.A. también nos brinda sus funciones antigravedad para volar por los escenarios, pueblos y ciudades libremente. Si bien no hablamos de un mundo abierto, las áreas de este videojuego son muy amplias y ocultan varias recompensas para aquellos que están dispuestos a buscarlas. Podemos volar a los tejados de los edificios o a estructuras que parecen inalcanzables ya que es probable que ahí se hallen cofres con objetos útiles para nuestra travesía.
Además, una mecánica intrínseca de la saga Star Ocean regresa: el Item Creation. A medida que avancemos en la historia, iremos ganando acceso a distintos menús desde donde podremos usar materiales para crear poderosos objetos, armas, armaduras y accesorios que no se pueden encontrar en el mapa o comprar en las tiendas. Dominar este apartado puede ser un tanto frustrante ya que consiste en mucho ensayo de prueba y error, pero, cuando funciona, puede recompensarnos con el mejor equipamiento del videojuego.
Finalmente, The Divine Force también incluye un minijuego llamado Es’owa, una combinación de ajedrez, tres en raya (o ‘michi’ como lo conocemos aquí) y juego de cartas coleccionables. El objetivo es sencillo: reducir toda la salud del oponente. Para ello, deberemos colocar piezas en el campo por turnos, cada una con su propio nivel de ataque y efecto adicional dependiendo de su clase. Si logramos encerrar con nuestras piezas a las del rival, estas serán eliminadas del campo y su ataque se reducirá.
Este minijuego se llevó una gran parte de las horas que invertimos en la aventura y nos terminó gustando más de lo que creeríamos al inicio. Esto se debe a que, además de la estrategia que requiere, las piezas están inspiradas en personajes de las anteriores entregas de Star Ocean y de otras franquicias de Tri-Ace como Valkyrie Profile y Radiata Stories. Cada vez que vencemos a un oponente, este nos recompensa con una nueva pieza por lo que el interés por descubrir al siguiente personaje fue un gran motivo para seguir jugando.
Impecable arte, gráficos cuestionables
En lo que respecta al apartado visual, The Divine Force trastabilla y no podemos hacer caso omiso a sus falencias. Pese a que los escenarios son espectaculares gracias a esa sublime mezcla de fantasía medieval con ciencia-ficción y los diseños de personajes a cargo de Akira “Akiman” Yasuda (Street Fighter, Final Fight, Star Ocean) y Yukihiro Kajimoto son bastante interesantes, la calidad gráfica del videojuego es uno de sus puntos más flojos.
Es evidente que el presupuesto de este título no es el más alto y por ello la dirección artística no puede ser plasmada de la forma que merece, pero las animaciones de los personajes y de sus rostros son muy cuestionables ya que los hace parecer marionetas. Tri-Ace ya nos tiene acostumbrados a este estilo de rostros para los modelados 3D de sus personajes desde hace varias entregas y hasta se podría considerar como una característica de la saga Star Ocean, pero estamos hablando de un videojuego que ya forma parte de la novena generación, por lo que consideramos que hay mucho margen de mejora.
Ahora, técnicamente hablando, vienen más problemas con este título. Tuvimos la oportunidad de jugar la versión de PlayStation 4 y se nota que The Divine Force es un título pensado para la actual generación y no la pasada. En PS4, el título corre a 30 cuadros por segundo en el “performance mode”, el cual prioriza el rendimiento de los FPS a cambio de una reducción gráfica. Sin embargo, presenta caídas de frames constantes en momentos de acción como los combates que merman mucho la experiencia. Es probable que la versión de Xbox One también sufra de estos problemas al ser de pasada generación.
No las probamos de primera mano, pero los reportes indican que las versiones de PS5, Xbox Series X|S y PC son mucho más estables, corriendo a 60 cuadros por segundo con ligeras caídas de frames. Sin duda, la mejor forma de disfrutar este RPG de acción es en la actual generación de consolas o en una computadora que cumpla con las especificaciones recomendadas.
Un ícono de la música para videojuegos regresa a lo grande
La banda sonora de Star Ocean: The Divine Force estuvo a cargo de Motoi Sakuraba, compositor japonés que no solo es el responsable de la música de todos los videojuegos de la franquicia hasta la fecha, sino que además es reverenciado como uno de los autores más prominentes de la industria debido a la alta calidad de su trabajo y a su participación en sagas como Tales Of, Valkyrie Profile, Mario Tennis, Golden Sun y hasta Dark Souls.
El estilo de Sakuraba tiene una fuerte influencia del rock progresivo de los 80 con ritmos complejos y sensibilidad melódica, así como también de otros géneros como el jazz y la música orquestal con grandes arreglos. Si bien sus fans sienten que su trabajo en la saga Tales Of, en la que ha participado en su totalidad al igual que con Star Ocean, lo limita tremendamente pese a haber compuesto absolutas joyas para ella, su regreso a Star Ocean demuestra porqué es una eminencia en lo que a música para videojuegos se refiere.
Temas como Looming Crisis, Dance of the White Blade, Corrupted Justice, el homónimo The Divine Force, Forget-Me-Nots, Peak of the Exiled, Twin Blades to Vanquish Fear, Twin Blades to Stir the Soul, The Weald, Battle of the Stars, Pierce the Abyss Where the Soul Resides, Space & Sky y la descomunal dupla de Special Delivery, Coming in Hot! y Bravery Flows Where Flesh Meets Steel son absolutos himnos que se suman a lo mejor del amplio catálogo de Sakuraba. El maestro no ha perdido su toque y esta banda sonora lo demuestra.
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¿Vale la pena Star Ocean: The Divine Force?
Tras el desastre que fue Integrity and Faithlessness, Star Ocean: The Divine Force llega para dejar en claro que tanto la franquicia como su desarrolladora Tri-Ace aún tienen mucho por entregar. La historia resultó mucho mejor de lo que se esperaba, a pesar de su lento arranque, y el sistema de combate es complejo y divertido, con decenas de opciones para lidiar con nuestros enemigos.
No obstante, es evidente que no es producto perfecto y, de hecho, tiene varios apartados en los que tambalea. La calidad gráfica puede ser un punto en contra crítico para muchos jugadores ahora que estamos en una generación con tantas proezas técnicas y sus problemas de rendimiento técnico en consolas de pasada generación no pueden pasarse por alto debido a lo evidentes que son y lo mucho que afectan la experiencia del jugador.
Pese a estos tropiezos, Star Ocean: The Divine Force es uno de los RPGs más entretenidos que hemos probado en 2022, lo cual es un mérito considerando la plétora de videojuegos de este estilo que han aparecido durante el año. Si bien sus puntos débiles le impiden situarse en la cima del género, logra su principal cometido: reivindicar la gloria de una legendaria franquicia que merece más reconocimiento.
Si disfrutas de los RPGs de acción o siempre estuviste interesado en la franquicia y no te animaste a darle una oportunidad, no pierdas de vista a Star Ocean: The Divine Force, el cual está disponible desde el pasado 27 de octubre en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC vía Steam.
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