Una madre venezolana denuncia que su hijo fue detenido injustamente en EE. UU. por tener un tatuaje. Lo acusan de pandillero pese a no tener antecedentes ni delitos.
“Creía que nunca íbamos a tener problemas, porque siempre hicimos todo bien”, dice una madre venezolana con la voz quebrada. Pero la realidad fue otra. La detención de su hijo en EE.UU. por tener un tatuaje transformó el sueño americano en una pesadilla.
¿Pueden los tatuajes ser motivo para acusar a inmigrantes de pandilleros?
En una entrevista a Telemundo, esta madre, cuyo hijo fue detenido y acusado de pandillero sin tener antecedentes, denunció el profundo dolor que vive su familia. “Mi hijo no es un delincuente, no ha hecho daño a nadie”, afirma.
El joven fue vinculado a una pandilla únicamente por tener un tatuaje, a pesar de haber ingresado legalmente como refugiado y pasar todos los filtros migratorios. La madre, devastada, relata que no puede comer ni dormir desde que vio videos de su hijo pidiendo auxilio.
“No sé cómo está su salud, qué está comiendo, qué está pensando”, expresa entre lágrimas. “Me prometieron protección, no este infierno”.
Agrega que siempre confió en las leyes estadounidenses, pero siente que su hijo está siendo criminalizado por su apariencia. “Un tatuaje no define a una persona”, repite con indignación.
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