EE.UU.: Autos a gasolina podrán seguir vendiéndose en California tras decisión del Senado

El pasado viernes 22 de mayo, se llevó a cabo una votación en donde con 51 votos a favor y 44 en contra, se revocó la medida de la Agencia de Protección Ambiental que fue emitida durante el mandato del expresidente Joe Biden, que le permitiía al estado de California promulgar normas más severas que las del gobierno estadounidense, esto para poder aumentar las ventas de autos eléctricos.

Esta decisión de anular las exenciones para los programas de automóviles, revoca una práctica que lleva décadas en la Ley de Aire Limpio de 1970, que le permitía al estado la capacidad de establecer normas de contaminación más rigurosas que los requisitos federalistas. Esa autoridad que fue concebida inicialmente por ayudar a California para combatir el 'smog', permitió al estado poder liderar la elaboración de medidas ambientales adoptadas por otros estados del país americano.

El Congreso de EE. UU., liderado por los republicanos, revocó las estrictas normas de emisiones de California que buscaban reducir más del 50 % de los gases de efecto invernadero de vehículos ligeros para 2040. Estas políticas, también adoptadas por estados como Nueva York y Washington, enfrentaron una fuerte oposición de fabricantes de automóviles, la industria del combustible y aliados del expresidente Trump, quienes argumentan que las metas son inalcanzables y costosas.

Ambientalistas y legisladores demócratas calificaron la decisión como un grave retroceso climático y una amenaza a la autonomía estatal. “Es un ataque imprudente a la salud pública y al derecho de los estados a proteger a sus ciudadanos”, señaló Manish Bapna, del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales.

Choque institucional por el proceso legislativo

La revocación se logró mediante una controvertida maniobra procesal que contradijo la opinión del parlamentario del Senado, quien afirmó que la exención ambiental de California no podía ser anulada con la Ley de Revisión del Congreso. El líder demócrata Chuck Schumer advirtió que esta acción crea un peligroso precedente que podría debilitar las normas del Senado y erosionar su institucionalidad.