Alertan a escuelas en Hong Kong: No celebren el Día de la Independencia de EE.UU.

En medio de una creciente vigilancia sobre el sistema educativo, las autoridades de Hong Kong han advertido a los centros escolares que eviten cualquier actividad relacionada con el Día de la Independencia de Estados Unidos, celebrado el 4 de julio.

Esta “sugerencia” surge de la preocupación por posibles violaciones a la Ley de Seguridad Nacional, impuesta por Pekín en 2020. La medida ha sido comunicada mediante avisos verbales y escritos, especialmente tras conocerse que el Consulado de EE.UU. podría promover actos conmemorativos en la ciudad.

Christine Choi, secretaria de Educación, afirmó que las escuelas son la “primera trinchera” para enfrentar lo que calificó como “resistencia blanda”, haciendo alusión a actividades que aparentemente disfrazan mensajes hostiles a China. “Debemos formar una generación leal a China y a Hong Kong”, declaró Choi esta semana, justificando la necesidad de supervisar incluso ferias de libros o eventos culturales dentro de los planteles educativos.

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El diario South China Morning Post informó que directores escolares han recibido advertencias sobre las consecuencias legales de conmemorar el 4 de julio. Incluso, en redes como Edu Lancet, se compartió un mensaje que exhorta a los docentes a evitar celebraciones “por seguridad institucional”.

Esta política forma parte de un plan educativo más amplio que desde 2023 obliga a nuevos profesores a aprobar un examen sobre la Ley de Seguridad Nacional y la mini-constitución hongkonesa. Los organismos internacionales no han tardado en reaccionar.

La ONU y organizaciones de derechos humanos han denunciado que esta normativa restringe gravemente la libertad de expresión y la participación cívica. Sin embargo, el gobierno local insiste en que la ley ha devuelto la estabilidad a la región tras las protestas masivas de 2019.

Este episodio se suma a una larga serie de restricciones impuestas al ámbito educativo, reforzando la percepción de que Pekín busca consolidar una narrativa uniforme y nacionalista dentro del sistema escolar de Hong Kong. La comunidad internacional observa con preocupación la evolución de estas políticas, mientras muchos profesores y alumnos optan por la autocensura ante el temor a represalias.