El creador de Euphoria, Sam Levinson, contó que la serie lleva muchos de sus experiencias personales.
Euphoria es una de las series más famosa de la plataforma HBO, que se basa en un drama adolescente. Su trama surge en un grupo de estudiantes de secundaria, siendo el personaje principal Rue, la cual es interpretada por Zendaya, quienes transitan la adolescencia rodeados de drogas, violencia, experiencias sexuales y la influencia constante de la tecnología que predomina en cada uno de los personajes.
Su temática madura, cinematografía, historia, partitura y actuaciones fueron muy elogiadas por la crítica, sobre todo el papel de Zendaya y Hunter Schafer. Sin embargo, el insistente uso de desnudez y sexualidad fue percibido como excesivo por algunos críticos.
Hace poco el creador de la serie, Sam Levinson, comentó un poco sobre el proceso de creación de Euphoria, resaltando que quería hacer llegar al público difícil de mirar y asimilar debido a sus temas y su explicitud, alegando que la mayor parte de ellos son conflictos que él vivió durante la adolescencia.
Un poco de Euphoria por Sam Levinson
Para Sam Levinson, Euphoria debe ser vista desde un punto más emocional y no de manera intelectual. Todo el conjunto de ideas, imágenes y narrativa que introducen diferentes recursos como la voz en off, secuencias animadas casi surrealistas o el cambio constante del punto de vista están hechos para acercar al espectador a todo el drama adolescente que pasan los personajes.
Sam Levinson asegura que la mejor manera de hacer llegar lo que viven los personajes a los espectadores es rompiendo las reglas, tanto el lado de la cámara como el lado de producción: “… Así se siente la forma en que consumimos las historias o la forma en que seguimos las narrativas, en este momento en particular todo parece azaroso y meta. Sentía que romper las narrativas tradicionales era la manera perfecta de contar la historia. Romper la cuarta pared, [y] la voz en off que cambia de primera persona a omnisciente, era sólo una parte del ADN de todo esto. Y tratamos de no tener miedo al respecto”.
Las vivencias personales de Sam Levinson
El guionista, director y productor asegura que sus experiencias personales fueron un punto de inflexión a la hora de delinear este drama sin concesiones, basado en la serie israelí homónima. En su adolescencia, Sam Levinson tuvo serios problemas por las drogas, entrando y saliendo de centros de rehabilitación e incursión a diferentes sustancias alucinógenas.
“Pasé la mayor parte de mi adolescencia en hospitales, centros de rehabilitación y casas de recuperación. En algún momento, alrededor de los 16 años, me resigné a la idea de que, con el tiempo, las drogas me matarían y no había ninguna razón para luchar. Dejaría que tomen el control, ya había hecho las paces con eso”, explica el director sobre la desnivelada fase de su vida.
En una de estas recaídas y visitas a rehabilitación, donde pensaba cambiar los opiáceos por drogas como las metanfetaminas, Levinson escuchó una frase que cambió toda su vida de como la conocía, la cual decía: “Al final, no somos más que una amalgama de nuestras acciones y eso es, en última instancia, lo que nos define”. Sam Levinson, de aquel entonces 19 años, se dio cuenta de que, de una manera hipotética, si ese fuera su último día sobre la faz de la tierra, solo sería recordado como un ladrón y drogadicto que maltrataba a las personas que los querían.
Ese pequeño escenario ficticio ayudo a Sam a alejarse de todo ese mundo de malas decisiones; tanto asi que el director y productor lleva sin consumir ningún tipo de droga por más de 14 años. Este fue una experiencia personal que Levinson quiso reflejar en la serie, dando su perspectiva sobre la representación gráfica de la vida adolescente, pero siempre haciendo hincapié en la honestidad de los personajes a la hora de enfocarse en temas tan delicados como las adicciones o las relaciones volátiles.
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