Barcelona, 2017. La policía encontró el cuerpo calcinado de uno de sus agentes. Resultó ser pareja de Rosa Peral (Úrsula Corberó), quien, después de las investigaciones, fue hallada culpable junto a su amante.
Tras ganar popularidad con su papel de Tokio en La casa de papel, la actriz española Úrsula Corberó, protagoniza la nueva serie de Netflix El cuerpo en llamas, una historia real que recrea el llamado "crimen de la Guardia Urbana" donde interpreta a la asesina Rosa Peral, que aún cumple condena.
La artista aseguró que no tuvo más remedio que enfrentarse a este papel "con mucho respeto y con un poco de presión también", pero sobre todo "con mucho control del 'frikismo'", ya que encarna a una persona que está viva y en la cárcel, y a la que todo el mundo ha visto en la televisión hace solo unos años.
Para saber dónde se metía, Úrsula Corberó contó que se reunió muchas veces con Netflix. "Les hacía muchas preguntas, lo comentaba con la almohada, al día siguiente me venían a la cabeza nuevas preguntas", hasta que después de "un mes de idas y venidas", al final dijo que sí, consciente de que "había mucho riesgo".
¿De qué trata El cuerpo en llamas?
El cuerpo en llamas cuenta en ocho capítulos (se estrena este 8 de septiembre) que retrata el asesinato premeditado de un guardia urbano de Barcelona (España) a manos de Rosa Peral, la que era su pareja y el amante de esta, una historia real, macabra y cruel.
"Había una delgada línea que se tenía que encontrar, eran unos personajes un poco de barrio, pero con una propuesta estilística elegante", abunda la actriz, que transita en la serie por varias "Rosas": la go-gó choni de una discoteca de barrio, la chispeante compañera policial, sexy y desinhibida, o la madre tierna y juguetona.
Dirigida por el español Jorge Torregrosa con guion de su compatriota Laura Sarmiento, El cuerpo en llamas engancha desde el minuto uno, a pesar de contar unos hechos reales que ocurrieron entre 2017 y 2020 y fueron muy mediáticos. Pero tanto Úrsula Corberó como el actor español Quim Gutiérrez y el resto del reparto logran dar cuerpo a unas vidas bien difíciles de comprender, salvo, como es el caso, que les veas evolucionar.
En la historia se mezclan diferentes ingredientes, como el hecho de pertenecer a un cuerpo policial, apuntó Gutiérrez, impecable en el cuerpo de un guardia urbano curtido de gimnasio (ganó ocho kilos de músculo para el rodaje) y con la mirada justa de amante apasionado o monstruo capaz de cualquier cosa.
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Entender al personaje
Para el actor, lo más difícil era comprender por qué "al final, ante estas circunstancias, la única salida posible es la muerte del tipo que molesta. Había tantas opciones, se podían hacer tantas cosas. ¿Por qué la única opción es cargártelo? Ésa era para mi la gran duda, porque los personajes no son psicópatas".
Destacó la importancia de la violencia en la serie El cuerpo en llamas, pero no solo la que se ve en la trama, sino la que probablemente les había rodeado antes, "cuando se generan las personalidades y los rasgos de carácter".
Los celos, la posesión, el carácter violento de este hombre que, además, es policía y ególatra, un "macho" convencido de que "siempre va a ser el novio de Rosa", revientan en un momento que luce más aún en los últimos capítulos de la serie, cuando se recrea el juicio que los enfrentó, escenas que son las favoritas de la pareja de actores. Se sabe que son dos personas malvadas, aportó Úrsula Corberó, pero "¿de dónde viene esa maldad?".
"Me interesaba mucho meterme ahí porque sentía que todo lo que sabía la gente del caso era como quedarse en la primera capa de la cebolla (...) Quería que el espectador, como yo fui entendiendo cosas del personaje mientras rodaba, también llegase a sus conclusiones", añadió.
Tras la emisión de la serie, la plataforma ha programado un documental en el que ha participado la propia Rosa Peral, quien ha intentado que se impidiera la emisión de su historia ficcionada, sin éxito, ya que los jueces no han admitido su petición.
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