La policía local de San Francisco fue alertada luego de que trabajadores iniciaran la remodelación de la oficina central de X sin “los permisos requeridos”.
Momentos curiosos ocurrieron durante este lunes en las afueras de las oficinas centrales de Twitter, ahora llamado X, en San Francisco.
Mientras trabajadores intentaban quitar las letras del antiguo logo, la policía local se aproximó al lugar por el llamado de vecinos y transeúntes. Los primeros informes señalaban que la empresa de Elon Musk no tenía ningún permiso para realizar obras que obstaculicen la vía.
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De Twitter a 'er'
El hecho sucedió pasadas las 3 de la tarde.
El reportero gráfico de Getty Images, Justin Sullivan, tuiteó una foto en la que se mostraba a los trabajadores en una grúa telescópico retirando las enormes letras del frontis del edificio.
“Estamos cortando el logotipo de Twitter del edificio con sopletes”, tuiteaba el propio Elon Musk al respecto.
Pero mientras los equipos quitaban partes del letrero, los oficiales del Departamento de Policía de San Francisco fueron llamados a la escena. The Associated Press informó que la compañía no tenía los permisos requeridos y no había acordonado la acera de los peatones por razones de seguridad.
Sin embargo, la policía local le dijo a The San Francisco Standard que fue un malentendido.
“Aproximadamente a las 12:39 p. m., los oficiales asignados a la estación Tenderloin respondieron al área de 10th y Market Street con respecto a un informe de un posible cierre de la calle sin permiso”, se lee. “A través de su investigación, los oficiales pudieron determinar que no se cometió ningún delito y que este incidente no era un asunto policial”.
De todas formas, las obras finalizaron dejando solo las letras “er” en el lugar.
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Un logo controvertido
El logo de Twitter ha querido ser retirado en varias oportunidades por los dueños del edificio que alquilan sus oficinas a Elon Musk.
Incluso en una oportunidad, la W fue pintada dejando solo la palabra “titter” en forma de burla. Recordemos que el dueño de la empresa no quería pagar las deudas pendientes de la plataforma, lo que ocasionó una gran cantidad de líos judiciales y demandas.
Desde que adquirió Twitter por 44 mil millones de dólares el año pasado, Musk ha tenido un mandato extremadamente caótico. Ha perdido tanto a los anunciantes como a los usuarios que están molestos por movimientos como limitar la cantidad de tuits que la gente puede ver o relajar las pautas de moderación.
El cambio a X, sin embargo, va por un lado ideal financiero, el cual ya hemos explicado en una serie de artículos en nuestro medio.
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