La fábrica de Volkswagen en Puebla produjo el “último Sedán del mundo” el 30 de julio de 2003.
La fábrica mexicana de Volkswagen en Puebla cumple este domingo 20 años de haber producido su último modelo Sedán, conocido como “vocho” o "escarabajo", pero los coleccionistas aún atesoran este icónico modelo que se conoció como el “auto del pueblo".
El 30 de julio de 2003 se produjo en la planta Volkswagen de México la unidad 21.529.464 del "vocho", que en territorio nacional fue la número 1.691.542.
El auto se despidió con la leyenda en el parabrisas: “Volkswagen de México, último Sedán del mundo, 30 de julio de 2003”.
Pedro Sarda Cué, integrante Fundador de la Asociación Mexicana del Automóvil Puebla, compartió con EFE que el denominado “auto del pueblo”, por su popularidad y precio accesible, se volvió el auto más querido de los mexicanos desde la primera edición de 1967.
La mejor versión… pero menos asequible
Refirió que la edición especial de 2003 fue única y la mejor producida, ya que la empresa buscó hacer un modelo retro y confortable, de acuerdo con la tecnología con la que contaba la empresa en esa época.
Se elaboró en dos colores, azul y beige, con llantas de cara blanca, rines cromados y carrocería ovalada, con la característica de que por primera vez era un auto sin un interior ruidoso.
El también coleccionista mencionó como dato curioso de esta última producción que los mexicanos “amaron el diseño, pero no el precio”, por lo que costó mucho colocar en el mercado cada una de las 3 mil unidades que se produjeron.
“Lamentablemente esta edición no fue tan valorada para los compradores mexicanos, debido a que elevó su precio por el estilo y aditamentos que tenía, por lo que costó mucho que las agencias de autos los pudieran vender, y los tuvieron a la venta durante 2003 y 2004, a pesar de que solo fueron 3 mil vehículos disponibles para todo el mundo”.
De México para el mundo
El apasionado de los autos contó que fue testigo de cómo europeos venían a México de viaje "mochilero", llegaban a las agencias de autos, preguntaban por el último Sedán y lo pagaban con tarjeta de crédito.
Después lo llevaban manejando al puerto de Veracruz, en el golfo de México, y lo trasladaban en barco.
“Cuando los mexicanos se dan cuenta de este fenómeno y ven que el auto vale la pena era demasiado tarde. Todos estaban vendidos en mayoría, siendo pocas piezas que se quedaron en México y ya no pudieron obtener uno”, narró.
El coleccionista cuenta con varios artículos que se vendieron en la armadora con motivo de la despedida, como tazas con la leyenda “Cada vocho tiene una historia y cada historia tiene un final”, acompañada de una imagen del auto.
El sueño cumplido de tener un “vocho”
Benigno Piñas, propietario de un Volkswagen Sedán última edición, expuso a EFE que él es originario de Asturias, España.
Tras su llegada a México hace 50 años soñaba con tener un “vocho”, ya que le gustaba su forma y que todos lo traían para su vida cotidiana.
“Desde que llegué a México, porque en España ni había conocido los vochos, siempre me gustaron, porque cuando llegué eran taxis y como (yo) no estaba en buenas condiciones, busqué la manera de hacerme de uno para trabajar”, relató.
Aseguró que siempre buscó tener algo especial, por lo que adquirió un Sedán oval 1956 color coral, reconstruido con piezas originales, por lo que se tardó varios años en dejarlo en óptimas condiciones.
Pero, sin duda, la adquisición más especial fue la última edición del Sedán 2003.
Lo pudo adquirir cuatro años después, cuando un conocido se lo vendió.
De la última edición, posee el documento de certificación que contiene el nombre del propietario, el número de serie de la unidad y está firmado por el vicepresidente de la planta de origen alemán.
EFE
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