Senador de EE.UU. a Elon Musk: "Arregla tus compañías. O el Congreso lo hará"

Elon Musk sigue ganándose líos en sus primeros días a la cabeza de Twitter.

El multimillonario protagonizó una pelea con un senador de los Estados Unidos producto de la ola de suplantaciones provocada por la corta implementación de Twitter Blue, que permitía comprar insignias de verificación por 8 dólares al mes.

Las “cuentas verificadas” de Twitter: el origen de la pelea

El senador demócrata Ed Markey, representante de Massachusetts desde 2013, tuiteó a Elon Musk para informarle que un reportero del Washington Post pudo crear fácilmente una cuenta verificada para suplantarlo.

“Estoy pidiendo respuestas a Elon Musk, que está poniendo las ganancias sobre la gente y su deuda sobre detener la desinformación. Twitter tiene que explicar cómo pasó esto y su estrategia para prevenir que ocurra de nuevo”, tuiteó el senador.

No solo el senador fue suplantado gracias a Twitter Blue, con varias compañías también afectadas. El desastre fue de tal magnitud que Twitter retrocedió en la implementación de la verificación de pago. Sin embargo, Elon Musk decidió “trolear” a Markey.

 

“¿Tal vez es porque tu cuenta real parece una parodia?”, respondió sarcásticamente Musk, quien también se burló de que el senador tenga una mascarilla en su foto de perfil.

El senador volvió a un tono serio con una advertencia, recordando a Elon Musk que sus compañías tienen problemas, incluyendo una investigación a Tesla desde la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras​ por problemas en su piloto automático que llevaron a muertes.

“… Y te pasas el tiempo buscando peleas en línea. Arregla tus compañías. O el Congreso lo hará” advirtió.

Y Elon Musk eligió un “peso pesado” para burlarse. Ed Markey participa en los comités de Comercio, Transportes y Finanzas del Senado, nada bueno para un magnate que tiene a Twitter, Tesla y SpaceX entre sus compañías.

Antes de las elecciones de medio mandato en los Estados Unidos, Elon Musk llamó a votar por el Partido Republicano. La jornada, que parecía iba a culminar con una victoria demoledora para la oposición, terminó con el Partido Demócrata manteniendo el control del Senado y la Cámara de Representantes aún en disputa.