La administración Biden ahora exige que estadounidenses que trabajen en compañías chinas de este rubro obtengan una licencia especial.
El cambio de mando de Donald Trump a Joe Biden marcó muchos cambios en la política internacional de los Estados Unidos, pero esto no ha significado renunciar a los ataques contra la industria tecnológica en China.
Nuevas sanciones de los Estados Unidos han “decapitado” a la industria de semiconductores de China, según opinan los expertos.
Biden versus China: las nuevas sanciones
El 7 de octubre de este año, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos publicó una nueva ronda de sanciones contra China.
Estas apuntan a dejar a China sin capacidad de producir sus propios semiconductores, particularmente para uso militar, y han tenido un efecto inmediato.
Estados Unidos ha impuesto normas más estrictas para la obtención de licencias para exportar a China ítems destinados para el desarrollo y producción, tanto de semiconductores y supercomputadoras.
Pero la medida que más efecto ha tenido es la restricción de la participación de “personas de los Estados Unidos” en el desarrollo y producción de semiconductores en compañías chinas. Estas personas necesitarían una licencia especial.
“Aniquilación” a los semiconductores en China
“Así es la aniquilación: la industria china de fabricación de semiconductores se redujo a cero de la noche a la mañana”, indicó en un hilo de Twitter Jordan Schneider, un experto de la industria tecnológica y analista de Rhodium Group.
Schneider aseguró que las restricciones han ocasionado “renuncias masivas” de ejecutivos estadounidenses a empresas tecnológicas chinas.
Para Schneider, la administración Biden ha “decapitado” a la industria de semiconductores en China, con efectos mucho más severos que los ocasionados por Donald Trump.
“Punto de no retorno” entre Estados Unidos y China
“Con esta última acción, el abismo entre Estados Unidos y China se ha ampliado hasta el punto de no retorno”, indicó el analista Abishur Prakash a la cadena CNBC.
Estados Unidos y China además mantienen tensión sobre Taiwán, que China busca incorporar bajo “dos sistemas, un país”.
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Taiwán es una democracia independiente fundada en 1949 por miembros del Partido Nacionalista tras perder la Guerra Civil China contra el Partido Comunista.
La isla es líder en el desarrollo y producción de semiconductores con TSMC, que también tiene fábricas en China, como su compañía insignia.
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