Sam Altman, fundador de OpenAI, ha expresado los temores que presentan los casos de inteligencia artificial a la humanidad y pide regulación. Pero en caso no llegue, tiene un plan de contingencia.
ChatGPT es la innovación del momento. El chatbot basado en inteligencia artificial está sorprendiendo a propios y a extraños por su gran capacidad de síntesis, análisis y extrapolación con base al internet, provocando incluso el debate de su uso en universidades e industrias masivas.
Ante el avance de esta tecnología, diversos referentes del campo han empezado a pedir su regulación para impedir futuros distópicos con la IA, siendo los más resaltantes Elon Musk o el propio Sam Altman, director de OpenAI, empresa que creó este software. Pero ¿a qué tanto le teme?
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Tiene su ‘bunker’ de refugio
El CEO de OpenAI compartió sus pensamientos hace unos días y advirtió que el mundo puede no estar "tan lejos de ser una inteligencia artificial potencialmente aterradora" y dijo que la regulación será "crítica".
Pero esta preocupación no es de ahora, es de años atrás.
En 2016, The New Yorker compartió un perfil de Altman en la que cita algunas declaraciones incluso aún más atemorizantes sobre su creación.
Mientras estaba en una fiesta cuando presidía la incubadora de startups ‘Y Combinator’, el joven prodigio señaló que “se prepara para sobrevivir” y por el cual mantiene un refugio en caso de emergencias.
¿Cuándo lo utilizaría? Cuando un virus super contagioso se apodere del mundo o cuando “la inteligencia artificial ataque a los humanos”.
"Trato de no pensar demasiado en eso", dijo Altman solo meses después de fundar OpenAI junto con Elon Musk a los líderes de empresas emergentes que lo rodeaban en esa reunión olvidada de Silicon Valley. "Pero tengo armas, oro, yoduro de potasio, antibióticos, baterías, agua, máscaras antigás de las Fuerzas de Defensa de Israel y un gran terreno en Big Sur (región poco poblada de California al sur de Silicon Valley) al que puedo volar".
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Ahora es un negocio lucrativo
Pero más allá de dichos temores en años anteriores, Sam Altman sí hay cambiado su postura sobre algunos aspectos.
El principal, claro está, es lucrar con las tecnologías que está trabajando pese a los anuncios de que esto no sucedería.
ChatGPT está implementando un servicio mensual de 20 dólares en la que los usuarios podrán pagar para tener acceso prioritario y poder probar funciones antes que el resto de usuario. Y ante la popularidad de la IA y con cada vez más servidores al máximo de su capacidad, se ha vuelto una opción agradable para muchos usuarios.
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