Geoffrey Hinton es considerado como el “padrino de la inteligencia artificial”. Asegura que renunció porque quiere hablar libremente sobre los peligros de esta tecnología sin conflicto de intereses.
El pionero de la inteligencia artificial Geoffrey Hinton renunció a su puesto como trabajador de Google para alertar sobre los peligros de la tecnología que ayudó a desarrollar.
El llamado ‘padrino de la IA’ asegura que quiere hablar libremente sobre los problemas que puede ocasionar la inteligencia artificial sin tener una atadura o conflicto de interés de trabajar con una de las empresas más enfocadas en su adopción.
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Autoridad en el campo
En 2012, el Dr. Hinton y dos de sus estudiantes de posgrado de la Universidad de Toronto crearon una tecnología que se convirtió en la base intelectual de los sistemas de inteligencia artificial que las mayores empresas de la industria tecnológica consideran clave para su futuro.
El Dr. Hinton dijo que ha dejado su trabajo en Google, donde ha trabajado durante más de una década y se convirtió en una de las voces más respetadas en este campo, para poder hablar libremente sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial.
"Me consuelo con la excusa habitual: si yo no lo hubiera hecho, otro lo habría hecho", dijo a The New York Times.
Pese a las grandes ventajas que ofrece la IA para todas las profesiones y campos laborales, también existe un gran miedo por la desinformación y el riesgo que pueda significar a la humanidad el avance de la inteligencia para los robots.
"Es difícil impedir que los malos la utilicen para cosas malas", afirma.
Hinton, un expatriado británico de 75 años, es un académico de toda la vida cuya carrera se vio impulsada por sus convicciones personales sobre el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial. En 1972, como estudiante de posgrado en la Universidad de Edimburgo, el Dr. Hinton adoptó una idea llamada red neuronal, un sistema matemático que aprende habilidades analizando datos. En aquella época, pocos investigadores creían en la idea. Pero se convirtió en el trabajo de su vida.
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Para advertir los riesgos
Luego de que en 2012 Hinton construyera una red neuronal que analizaba fotos y podía aprender a identificar objetos comunes, Google gastó 44 millones de dólares en crear su empresa, la cual ha ido evolucionando hasta posiblemente ser una base de Bard, su propia inteligencia artificial actual.
En su opinión, a medida que las empresas mejoran sus sistemas de inteligencia artificial, éstos se vuelven cada vez más peligrosos. "Fíjese en cómo era hace cinco años y cómo es ahora", dijo. "Coge la diferencia y propágala hacia delante. Eso da miedo".
Hasta el año pasado, dijo, Google actuó como un "administrador adecuado" de la tecnología, con cuidado de no liberar algo que pudiera causar daño. Pero ahora que Microsoft ha ampliado su motor de búsqueda Bing con un chatbot, desafiando el negocio principal de Google, la empresa se apresura a desplegar el mismo tipo de tecnología. Los gigantes tecnológicos están inmersos en una competición que podría ser imposible de detener, según el Dr. Hinton.
Su preocupación inmediata es que Internet se inunde de fotos, vídeos y textos falsos, y el ciudadano medio "ya no sea capaz de saber qué es verdad".
También le preocupa que las tecnologías de inteligencia artificial trastornen con el tiempo el mercado laboral. En la actualidad, chatbots como ChatGPT tienden a complementar a los trabajadores humanos, pero podrían sustituir a asistentes jurídicos, asistentes personales, traductores y otras personas que se ocupan de tareas rutinarias. "Elimina el trabajo pesado", afirma. "Podría quitar más que eso".
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