La justicia estadounidense ha dejado abierta la posibilidad de anular el derecho al aborto en el país, por lo que gigantes de tecnología han empezado a pronunciarse a favor de sus trabajadores.
Tras haber evitado cuidadosamente el tema que durante décadas consideraron tabú, cada vez más empresas estadounidenses toman posición frente al derecho al aborto, signo de la emergencia de una nueva generación, con expectativas diferentes a la anterior.
No fueron necesarias más que algunas horas tras la filtración de una posible anulación del derecho al aborto por parte de la Corte Suprema para que una parte de la economía estadounidenses reaccionara públicamente.
"Sabiendo lo que está en juego, los dirigentes del mundo empresarial deben hacerse escuchar y actuar por preservar la salud y el bienestar de nuestros empleados", escribieron responsables de Levi Strauss. "Lo que significa proteger los derechos relacionados con la procreación".
Al igual que el famoso fabricante de jeans, Apple se comprometió a cubrir los costos en los que incurran sus trabajadoras si deben desplazarse hacia otro estado para someterse a una interrupción voluntaria del embarazo.
Volver sobre el derecho al aborto "pondría en peligro los derechos de millones de mujeres", declaró la plataforma de investigación participativa Yelp, que habló de "un terremoto para nuestra sociedad y nuestra economía" y llamó a las empresas a "tomar la iniciativa".
Desde que entró en septiembre en vigor en Texas una ley que limita el aborto a un periodo de gestación de seis semanas, el tabú se resquebrajó y Amazon, Uber e incluso el banco Citigroup anunciaron que asumirán los costos que dicha normativa pueda acarrear a sus empleadas.
"Vivimos un periodo inusual en el plano político dónde este tema ha vuelto a ser un tema de presión, lo que va a forzar a las empresas a tomar posición", estimó Maurice Schweitzer, profesor de la Universidad de Wharton, Pensilvania.
"Las compañías que se encuentran en estados que podrían revertir (el acceso al aborto) deben decidir si cubren, o no, los costos asociados (...) lo que les obliga a posicionarse", explicó Neeru Paharia, académica de la Universidad de Georgetown.
Según The New York Times, Tesla, que viene de trasladar su sede de California a Texas, se comprometió también a asumir dichos gastos.
"Una cuestión de generación"
La nueva postura de una parte de las empresas estadounidenses está también conectada al hecho de que "en este país las personas favorables (al derecho al aborto) son más numerosas que las que se oponen", recuerda la universitaria.
Los anuncios de muchas compañías de primera plana se inscriben en "una tendencia general" en marcha desde hace unos diez años y que "realmente ha tomado importancia en la era Trump", subrayó Neeru Paharia.
La inmigración, los derechos de la comunidad LGBT, la legislación sobre armas, el movimiento "Black Lives Matter", el acceso al derecho al voto, entre otros, son temas contenciosos que han sucedido en un clima de polarización exacerbada y muchas empresas han sido presionadas a reaccionar por una parte de sus empleados.
"Es una cuestión generacional", explica Mark Hass, docente de la Universidad estatal de Arizona. "Los 'millenials', la 'Gen Z' (nacida desde finales de los años 90) se preocupa cada vez más por los valores de su empresa".
"Los Apple, Amazon o Uber quieren tener los mejores profesionales", agrega, "por tanto sus empleados les sirven un poco de brújula".
"El mercado del empleo está tenso y ciertas habilidades son difíciles de encontrar", añadió Paharia. Las expectativas de los empleadores también aumentan, según la experta, en un país donde la confianza en el sistema político se erosiona desde hace varios años.
Maurice Schweitzer, por su parte, hace una distinción entre las empresas estrella de la nueva economía, cuyos empleados están mejor calificados que el promedio y a menudo son capaces de trabajar en cualquier lugar, mientras que las empresas más tradicionales siguen arraigadas en regiones más conservadoras.
Estas últimas, a menudo cuentan con trabajadores menos móviles y menos calificados, cuya influencia sobre su empleador es más limitada.
"Es una razón esencial por la que las empresas de tecnología, por ejemplo, van a moverse" sobre el tema del aborto, explicó "mientras que otras van a tratar permanecer alejadas".
Contrariamente a algunos precedentes, las firmas que tomaron una posición públicamente han escapado a una repercusión global, llamados a boicot o campañas de difamación.
El senador republicano Marco Rubio propuso el martes un proyecto de ley que evitaría a las empresas beneficiarse de deducciones fiscales por asumir los costos asociados al aborto, aunque con pocas posibilidades de éxito.
"Las personas que quieren restringir el acceso al aborto son una minoría, pero parecen estar ganando en este momento", analizó Maurice Schweitzer, "así que no me sorprende que permanezcan tranquilos". (AFP)
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