Tres décadas después de los hechos, la Fiscalía dispuso los trabajos de búsqueda de restos de las víctimas. Las diligencias se extenderán hasta el 22 de junio próximo.
Un grupo de familiares del caso La Cantuta llegó a la quebrada Chavilca, en Cieneguilla, con el fin de conocer los avances y seguir de cerca el proceso de búsqueda de los restos de sus seres queridos, que se reinició el último lunes por disposición fiscal.
Durante los trabajos dispuestos por la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos, Interculturalidad y Delitos de Terrorismo, los familiares acompañaron al equipo de especialistas de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) del Ministerio de Justicia (Minjus). Ellos permanecieron en el lugar cerca de dos horas.
El arqueólogo del equipo forense del Ministerio Público explicó a los familiares los avances de la exploración que, actualmente, se encuentra en la etapa inicial de remoción de tierra. Las diligencias fueron dispuestas por un plazo de 18 días y finalizarán el 22 de junio próximo.
Los familiares que visitaron el lugar fueron Pilar Fierro y Carmen Oyague, mamá y tía de la estudiante Dora Oyague, respectivamente; Hilario Amaro, Susana Amaro y Carmen Amaro, padre y hermanas de Armando Amaro; Juana Maceda y Augusto Lozano, padres de Bertila Lozano, quienes llegaron desde Lamas. En la visita de hoy también estuvo presente Gisela Ortiz, exministra de Cultura.
Terminada la jornada, los familiares se reunieron con el equipo de la DGBPD y dieron a conocer sus expectativas respecto a este proceso. Asimismo, confirmaron que en los próximos días realizarán una nueva visita para continuar con el seguimiento de los trabajos de búsqueda.
Treinta años después
Las diligencias dispuestas por el fiscal provincial Luis Enrique Valdivia Calderón tienen como objetivo encontrar los restos de cinco estudiantes de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, que aún no han sido hallados, para que sus familias puedan darles un entierro digno luego de tres décadas de búsqueda.
En las excavaciones, el Minjus ha facilitado maquinaria pesada que permitirá ir redescubriendo la quebrada hasta llegar al lugar donde originalmente estaban las fosas en las que se hallaron restos en 1993.
Como se sabe, el 18 de julio de 1992, efectivos militares del llamado grupo Colina, ingresaron a la Universidad “La Cantuta” y secuestraron a nueve estudiantes y a un profesor de dicha casa de estudios. Tras la captura, trasladaron a los detenidos a un lugar de la carretera Ramiro Prialé, donde fueron ejecutados. Días después, acudieron a dicha zona para desenterrar los cadáveres y trasladarlos a un paraje de la quebrada Chavilca en Cieneguilla, donde dejaron los cuerpos de las víctimas.
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