El gabinete en constante evaluación: ¿Cuál es el costo político de los malos nombramientos en el Estado?

Los tres últimos gabinetes, entre ellos el de Héctor Valer, que duró una semana. | Fuente: Andina

Se ha convertido en una práctica común del gobierno de Pedro Castillo nombrar funcionarios sin verificar sus antecedentes. En pleno voto de confianza, analizamos qué nos dice este hábito instalado en la gestión pública desde el inicio de esta gestión.

Ahora que el premier Aníbal Torres expone sobre su plan de trabajo ante el Congreso para obtener el voto de confianza, es preciso recordar cómo ha venido trabajando el Ejecutivo sus designaciones. “El gabinete está en constante evaluación”, dijo el presidente Pedro Castillo cuando el gabinete de Guido Bellido, el primero de su gobierno, todavía recibía críticas fulminantes en setiembre pasado. La frase se repetiría como mantra durante los meses siguientes, sobre todo cuando se descubrían denuncias, investigaciones o cuestionamientos a los ministros nombrados. En la mayoría de casos, aunque tardaba, la justicia llegaba y los funcionarios en cuestión eran separados —a veces escándalo de por medio—; en otros tantos, aún permanecen en sus cargos.

Lo cierto es que nombrar autoridades y después verificar sus antecedentes ha sido una práctica común del presidente Pedro Castillo y su entorno. Y en cada uno de los cuatro gabinetes que se han presentado, hubo renuncias (crisis) que se pudieron evitar realizando la práctica sencilla de revisar antecedentes antes de la juramentación.

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Las polémicas designaciones de Pedro Castillo

¿Cómo entender estas escandalosas omisiones? "No es normal que el gobierno improvise tanto la designación de funcionarios y lo haga con tal nivel de falta de idoneidad", comenta el periodista y analista político Fernando Vivas. "'El gabinete está en constante evaluación' es una frase que surge, precisamente, de la normalización de la improvisación, porque el gabinete debería estar en constante fortalecimiento de las políticas de estado, que el presidente y su primer ministro respaldan, refuerzan y coordinan; y no estar pensando en que ese ministro que han colocado es un ser absolutamente fusible y precario", agrega.

La cultura de la constante evaluación ha provocado que hoy en día un ministro dure, en promedio, un mes y medio en su cargo, con lo que es difícil implementar políticas públicas, como bien recuerda el politólogo Fernando Tincopa. "Que el gobierno sostenga la frase de que siempre todo ministro está en constante evaluación es simplemente el eufemismo para decir 'no queremos hablar del tema ahora y esperemos'. Y probablemente 'esperar' sea una constante para este gobierno porque, o las críticas y cuestionamientos simplemente desaparecen de la agenda mediática y no hay que tomar ninguna decisión; o son tan fuertes que generan crisis que obligan a que el gobierno evalúe y retire a los ministros de sus cargos, como es la forma de actuar de este gobierno", explica el especialista del centro Wiñaq.

El gabinete presidido por Guido Bellido recibió críticas por designaciones como la de Luis Barranzuela en el Mininter y Juan Silva en el MTC. El segundo permanece hasta la actualidad. | Fuente: Andina

Nada de este fue un error

Pero hay un análisis que va más allá de la evidente improvisación y falta de cuadros políticos capacitados que señalan los especialistas. La politóloga Macarena Costa afirma que, la práctica de nombrar primero y verificar después, nos dice que al presidente Pedro Castillo realmente no le importan los antecedentes al momento de elegir a sus ministros. "Una vez puede ser un error. Dos, tres, también pueden ser errores. Pero ya estamos en el cuarto gabinete de este gobierno y no se ha dejado de designar a personajes cuestionados por distintos motivos. Esto ya no es un error, son designaciones que se hacen a propósito y con criterios muy claros en mente. Y estos criterios no tienen nada que ver con la idoneidad de las personas que van a ejercer el cargo".

Hay nombramientos de ministros que, incluso, han alcanzado un significado simbólico, lo cual refleja lo errático del comportamiento político de este gobierno, comenta Fernando Tincopa. "Cuando designan, por ejemplo, a una exministra de la mujer como Anahí Durand, de una tendencia claramente progresista, e inmediatamente nombran a su sucesora, una conservadora extrema como Katy Ugarte, con una línea abiertamente distinta. Esto marca que no es un común denominador del gobierno tener una línea clara de lo que se quiere hacer para un sector ministerial en particular".

Estas idas y venidas "nos han costado muchísimo a todos los peruanos", acota Macarena Costa. "Ese costo no se puede cuantificar, pero lo estamos pagando todos los peruanos y lo seguiremos haciendo mientras el gobierno continúe gobernando de la misma manera"

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La "constante evaluación"

Lo más sorprendente puede ser, sin embargo, el hecho de que la cultura de la constante evaluación haya jugado en contra del propio gobierno en más de una ocasión. "El caso del nombramiento del exministro de Trabajo, Iber Maraví, le generó un daño puntual no solamente al gabinete de Guido Bellido, sino a la imagen presidencial, lo cual se tradujo en un bajón de popularidad durante el primer mes de gestión", comenta Tincopa.

Y también están, por supuesto los nombramientos que afectan a la administración pública en general, continúa el politólogo. "Como el caso del ministro Juan Silva en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que no solo ha demostrado no tener competencias suficientes para administrar la cartera por la que pasa la mayor cantidad de presupuesto anual del país, sino que, tal como hemos visto en declaraciones recientes de congresistas recogidas por la prensa, puede estar instrumentalizando para generar alianzas políticas y clientelismo con algunos miembros del Congreso a cambio de la estabilidad de su puesto y del gobierno en general. Eso es peligroso".

Más allá del sombrío análisis que provoca el gobierno de Perú Libre, Fernando Tincopa sostiene que también se debe reconocer lo poco bueno que se ha realizado en cuanto a nombramientos en el gobierno. Que sí los ha habido, asegura. "Por ejemplo los nombramientos anteriores y actuales del ministerio de Economía, que tratan de transmitir el mensaje del presidente de decir, al menos, que intenta guardar cierta estabilidad en ciertos sectores que le parecen estratégicos. Y valorar ese tipo de cosas está bien porque, de lo contrario, no se generan incentivos suficientes para que actitudes de este tipo luego sean el común denominador y no simplemente decisiones atípicas que nos resultan novedosas pero que no se valoran de manera significativa".

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Editor de RPP Data y coordinador de la cobertura El Poder en tus Manos. Formado en la Universidad Nacional Federico Villarreal, con maestría en Periodismo y Comunicación Multimedia (USMP) y diplomado en Corrección de Textos (U. de Piura). Trabajé en el diario El Comercio y antes en la Unidad de Prensa del Indecopi. Especialista en temas de periodismo de datos, democracia, cultura, y más.

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