Los últimos nombramientos de ministros de estado han marcado un nuevo récord en el gobierno de Pedro Castillo, superando largamente la cantidad de autoridades nombradas en el mismo periodo de tiempo por los mandatos presidenciales de los últimos 10 años.
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Con el nombramientos de los nuevos ministros de Transportes y Comunicaciones; Energía y Minas, Desarrollo Agrario e Interior, el gobierno de Pedro Castillo alcanzó la cifra de 50 ministros nombrados en los primeros 10 meses de su gobierno. Un número inédito si lo comparamos con los mandatos de los últimos 10 años.
Ollanta Humala, por ejemplo, nombró a 30 ministros durante los primeros 10 meses de su gobierno. En el mismo lapso, Pedro Pablo Kuczynski tomó juramento a 21 ministros, mientras que su sucesor, Martín Vizcarra, también alcanzó los 30 nombramientos.
De esta manera el gobierno de Perú Libre ha tenido el inicio más inestable de los últimos años. “El último domingo Pedro Castillo cambió a 4 ministros porque dos corrían el riesgo de ser censurados y uno corría el riesgo de ser interpelado. Pero no vemos que esos cambios estén enmarcados dentro de una estrategia más grande que implique colocar a gente capacitada para abordar las grandes problemáticas del país”, sostiene la politóloga de 50+1 Macarena Costa.
La rotación de ministros es alta, pese a que la tolerancia a los escándalos es mayor. "Recordemos que antes un ministro resistía políticamente menos escándalos que ahora", apunta el politólogo del Centro Wiñaq Franco Olcese.
Inestabilidad ministerial
En estos 10 meses el Perú ha tenido tres gabinetes: el de Guido Bellido, Mirtha Vásquez y Aníbal Torres. Y uno más, el de Héctor Valer, que ni siquiera llegó al voto de confianza.
Los ministerios con mayor inestabilidad son el del Interior, con 5 ministros; y el de Desarrollo Agrario y Riego, que ha tenido 4 cabezas. Este último cambio es crítico, debido a la crisis alimentaria que actualmente sufre el Perú. "Esto tiene un impacto directo en la gestión pública", sostiene Olcese. “Es difícil que un ministerio pueda tener buenos resultados si cambia de estrategia y de equipo con mucha frecuencia. Los ministros no pueden siquiera completar una curva de aprendizaje y ya son cambiados. La consecuencia es que tenemos un gobierno que no pasa de la fase de aprendizaje”, agrega.
Sobre la inestabilidad y los constantes cambios, Macarena Costa agrega: "Cuando hablamos del número de cambios de un sector en particular y los efectos que la falta de continuidad tiene en este sector, como Interior, por ejemplo, que va por su quinto ministro, llegamos a la conclusión de que si no hay continuidad en las gestiones es imposible que se puedan articular políticas públicas que aborden las problemáticas que agobien al sector. Y eso es lamentable, porque Interior es uno de los que necesita un liderazgo contundente".
Si bien de los cuatro ministros nombrados los del Interior (Dimitri Senmache) y Energía y Minas (Alessandra Herrera Jara) cuentan con experiencia; no pasa lo mismo con Javier Arce Alvarado en Agricultura; ni con Juan Barranzuela Quiroga en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, quienes no tienen una trayectoria en el sector público o en la cartera que asumieron.
"Pareciera que, en casos concretos, el presidente Pedro Castillo continúa pagando favores partidarios a grupos que reclaman cuotas de poder", comenta el analista político Lincoln Onofre. "Tan precaria es la situación, que hasta el partido de gobierno ha objetado estos nombramientos en más de una oportunidad. En consecuencia, tenemos una parálisis de los sectores que en buena cuenta afecta a la institucionalidad y así no se puede gobernar. Pasar por todo eso, cada dos o tres meses, es insostenible".
Onofre agrega que el constante cambio de ministros tiene consecuencias directas en los ciudadanos. "Esta parálisis no solo se da al interior de los sectores. También existen problemas para continuar con alianzas y compromisos asumidos con otros sectores, gobiernos subnacionales, organismos internacionales y la población".
La legitimidad del gobierno también se ve dañada, agrega Franco Olcese. "Un ministro que sale probablemente va a dejar compromisos incumplidos que el siguiente no va a priorizar. Esto podría hacer que la credibilidad en el Estado disminuya cada vez más".
En medio de esta crisis aún se espera que el gobierno, en determinados ministerios, nombre profesionales idóneos. O que al menos, porque la inestabilidad es constante, que la cabezas se rodeen de especialistas capaces, en beneficio de todos los peruanos.
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