En los exteriores del aeropuerto, un contingente de la Policía y de las Fuerzas Armadas resguardó el flujo de los viajeros. Se tiene previsto que desde mayo se reanuden completamente las operaciones en el terminal.
Tres meses han tenido que pasar para que el Aeropuerto Internacional Inca Manco Cápac de Juliaca, en la región Puno, vuelva a recibir a un avión comercial. El terminal aeroportuario había suspendido sus operaciones el 6 de enero de este año debido a las protestas sociales que se registraron en la región.
Las actividades de vuelos se reanudaron tras la autorización dispuesta por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Al promediar las 09:08 a.m., el premier avión comercial llegó a la ciudad puneña. Se trató de una aeronave, operada por Latam Airlines, que partió desde Lima a las 07:40 a.m.
En los exteriores del aeropuerto, un contingente de la Policía y de las Fuerzas Armadas resguardó el flujo de viajeros.
Por el momento, el flujo de vuelos se irá recuperando de manera gradual hasta fin de mes. Se tiene previsto que hasta el 30 de abril se reciban 15 aeronaves; lo que representa la llegada de al menos 4 000 pasajeros.
Un operador del aeropuerto comentó a RPP Noticias que desde el 1 de mayo se reanudarán completamente las operaciones.
“Toda la semana hemos realizado las coordinaciones, activando todas las herramientas para realizar los vuelos. Felizmente que todo se ha dado de una manera normal”, precisó.
En Ampliación de Noticias, el gerente general de Aeropuertos Andinos del Perú, Raúl Díaz, relató que, a raíz de los más de 100 días de paralización, un promedio de 150 mil pasajeros no pudo ser trasladado de Juliaca a Lima y viceversa. “Eso era la cuarta parte de lo que se esperaba transportar en este año”, detalló.
¿Por qué se suspendieron las operaciones?
El pasado 6 de enero, la empresa Aeropuertos Andinos del Perú anunció la suspensión temporal de las operaciones del terminal aéreo, luego de los daños registrados en la infraestructura por parte de un grupo de manifestantes que trató de tomar las instalaciones durante las protestas contra el régimen de Dina Boluarte.
Los protestantes lanzaron piedras y otros objetos para derribar el cerco metálico e ingresar a la pista de aterrizaje.
La violencia en la región Puno dejó un saldo de 18 muertos, entre ellos un efectivo de la Policía, según datos de la Defensoría del Pueblo.
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