Este martes 15 de agosto se desarrollará a nivel nacional un simulacro de sismo. Conoce los detalles de este evento y cómo marcha el Perú ante el riesgo de una emergencia multipeligro.
Hoy martes 15 de agosto se realizará un simulacro nacional de sismo a las 3 de la tarde en conmemoración del terremoto que asoló la región de Ica y que dejó 595 personas fallecidas y 2291 heridos en el 2007.
Para ellos, tres especialistas conversaron con Ampliación de Noticias sobre cómo ha avanzado el país en cuanto a prevención, realmente cuánta población es vulnerable ante las emergencias y cómo los simulacros pueden ayudar a mejorar nuestro tiempo de respuesta ante la catástrofe.
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Un 70 % de viviendas afectadas.
De acuerdo Miguel Estrada Mendoza, ex ministro de Vivienda, presidente de SENCICO y director general del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmica y Prevención de Desastres (CISMID), en el Perú existe un “70 % de edificaciones informales”, lo que provoca que gran parte de la sociedad sea muy vulnerable.
El especialista, que ha forjado estudios de posgrado en la Universidad de Tokio, Japón, comparó esta sociedad asiática (también una de las más afectadas por sismos y terremotos en el mundo por su ubicación geográfica) y la usó de ejemplo hacia lo que debe apuntar nuestro país.
“Debemos hacer casos a la normatividad. Acá tenemos 70 % o más de edificaciones informales. En Japón eso no existe. El código de diseño sismo-resistente es seguido por los ingenieros. No hay autoconstrucción y la municipalidad hace una fiscalización fuerte del uso de los suelos. Las ciudades crecen de manera planificada. Eso falta acá: autoridades fuertes en la fiscalización y en el ordenamiento territorial para que tengamos una población o una sociedad menos vulnerable”, declara.
En esta línea, Juan Manual Arribas, director ejecutivo de ‘Hombro a Hombro’, añade también el tema de la participación ciudadana.
“La gran diferencia entre Japón y nosotros es la cultura de preparación en la cultura. El japonés participa activamente en los simulacros y toma conciencia de su ubicación geográfica y las amenazas que los afectan. Aquí el ratio de participación es muy baja: un 15 % solo para evacuar”, detalla. “Pero un simulacro es mucho más que eso. Tienes que tomar conciencia dónde estás parado, con qué familiares estás. Debes identificar las cosas alrededor que pueden herirte o impedir que evacues. Debemos una ruta de evacuación, tener en nuestra casa una zona segura, en donde podamos pasar el temblor o sismo y luego evacuar”.
En este punto, hizo hincapié en la llamada caja de reserva, un kit mucho más grande que la mochila y que permitirá estar preparado para las horas posteriores al desastre en caso este sea de grandes magnitudes.
“Tenemos un combo de supervivencia: la mochila de emergencia y la caja de reserva. Si me das a escoger, prefiero esta última porque brinda reservas para 4 o 5 días. Permitirá a la familia tenerla con agua, comida, ropa y medicinas”.
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Un silencio que atemoriza
Lima es una ciudad especialmente vulnerable ante las previsiones y los especialistas creen que, en caso de que se cumplan las teorías sobre un movimiento telúrico de alta potencia, las consecuencias sean más que graves.
“Cuando haya un terremoto 8.8 o 9.2 como estima el IGP para la ciudad de Lima dado el silencio sísmico desde 1946, la logística estará drásticamente comprometida. No vamos a tener puerto del Callao, no vamos a tener aeropuerto. Las pistas de acceso a Lima tanto del centro, del norte y del sur van a estar colapsadas en decenas de puntos y la circulación de vehículos dentro de la misma ciudad va estar en la misma situación. Los ejercicios de simulación que hagamos deben tener en cuenta este hándicap”, refiere Arribas.
“Si es que mi casa ha sido diseñada por un arquitecto y construido por un ingeniero, es posible que sea segura. Si no es así, la situación es muy vulnerable. Las estadísticas nos dicen que el 70 % de casas en nuestro país está en esa situación. Sufrirán daños y muchas de ellas van a colapsar”, añade.
Estrada Mendoza señala que, desde la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), está trabajando una serie de mecanismos de reforzamientos a las viviendas vulnerables, las cuales permitirían un tiempo de resguardo en caso de emergencias.
“En la UNI estamos haciendo transferencia tecnología de Japón a Perú, probando sistemas de reforzamientos que, si bien es cierto, no van a convertir a una vivienda en una estructura sismo-resistente, si dará tiempo para que las personas puedan evacuar en caso de emergencias”, declara.
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Llamado a participar
Peter Anci, especialista en gestión de riesgo de desastres de Predes, hizo un llamado a la población para participar del simulacro de sismo de este miércoles.
“Hemos venido trabajando para que participen en este simulacro y aún nos hace falta crear conciencia en la población. Es importante participar en este tipo de ejercicios porque nos permite poner en prácticas necesarias. Debemos implementar en nuestras viviendas nuestro plan de emergencia. Identificar los riesgos de nuestras casas y tomar las acciones para cuidar a nuestras familias”, menciona.
“La gente aún no incorpora en el ADN lo que pasaría si ocurriera un sismo de gran magnitud en el Perú. Para eso sirven los simulacros”, declara Arribas.
“Aparte de la preparación social, hay otra parte importante que es la infraestructura. Todos los estudios señalan que, por cada sol que se invierta en prevención, se puede ahorrar hasta 6 soles en reconstrucción. Este es un problema transversal que inicia con la educación”, añade Estrada.
Anci también ejemplificó cómo es necesario conocer en qué situación estamos para tener el mejor plan de trabajo en medio del siniestro.
“Nosotros trabajamos con zonas precarias al lado de los ríos y, lamentablemente, algunas veces no sabemos qué decir en caso de sismo: si salir de su vivienda o quedarse en ella. El riesgo en ambos casos es muy alto. Hay que promover por eso que dentro de las viviendas haya espacios seguros y evitar así que pasen otros riesgos fuera de ellas. La Municipalidad de Lima ha venido investigando en todos los distritos las mejores áreas para crear los ambientes de resguardo, pero también es necesario tener todos los implementos para ello”.
Por último, se hizo mención de un término muy mencionado: el triángulo de la vida. “El triángulo de la vida hay un espacio que hay entre la pared y el piso, pero no funciona para todos. Eso solo sucede para construcciones formales. No podemos aconsejarlo para construcciones de adobe. Incluso ni para ladrillo, cemento o concreto”, concuerdan los especialistas.
“Las municipalidades son los responsables directos de sus territorios. Para fortalecer las oficinas de prevención de riesgos de desastres, podrían hacer alianzas con las universidades o incluso con el Colegio de Ingenieros, para ayudar a disminuir y mitigar los desastres. Hay que hacer un llamado en el que los políticos se vuelvan más técnicos o, por el contrario, que los técnicos se vuelvan más políticos”, finaliza Estrada.
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