Prevención del embarazo adolescente en riesgo por dictamen del Congreso que busca que la educación sexual en colegios sea opcional [Análisis]

Cada día, 113 adolescentes de entre 15 y 19 años se convierten en madres en nuestro país, según información del Ministerio de Salud verificada por RPP Data. En lo que va del 2024 ya se han reportado 16,377 casos de embarazos adolescentes y en todo el 2023 esta cifra superó los 41 mil. La tendencia va al alza cuando hablamos de partos de menores de 14 años que, entre el 2019 y el 2022, se incrementaron de 1,200 a 1,600, indica el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea.

Pese a estas alarmantes cifras, la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso de la República, presidida por la parlamentaria Milagros Jáuregui de Aguayo (Renovación Popular), aprobó un proyecto, de su autoría, que propone que los padres y madres de familia puedan exonerar a sus hijos e hijas de la Educación Sexual Integral (ESI), enfoque que ha permitido en países de la región disminuir esta problemática brindando información sobre el tema en los colegios.

La ESI es un enfoque educativo que actualmente se aplica en las escuelas del Perú y que promueve "valores, conocimientos y actitudes para que los estudiantes tomen decisiones sobre su cuerpo, sus relaciones interpersonales y su sexualidad" de forma responsable de acuerdo a la edad y madurez que tengan, indica el Ministerio de Educación. Este se aplica en diversos cursos de la currícula y ha tenido resultados positivos en países como Argentina y Chile, sostiene Natalia Manso, docente de Pacífico Business School y especialista en temas de género. 

"Hay un consenso, no solo en el Perú, sino por parte de los especialistas internacionales de que la ESI es fundamental y determinante para prevenir el embarazo y la violencia sexual. [Este enfoque busca] que los jóvenes tengan los conocimientos para proteger su cuerpo y entrar al mundo de la sexualidad cuando ellos decidan, de forma responsable e informada. De esta manera, conocerán los riesgos de las decisiones que tomen y sabrán identificar cuando un acercamiento, ya sea de un joven o un adulto, es debido o indebido", explica la experta.

En Argentina se viene implementando el Plan de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (PNENIA), que tiene como uno de sus pilares la educación sexual integral. Gracias a este enfoque, entre el 2014 y el 2020, la tasa de fecundidad [embarazos] de niñas y adolescentes argentinas se redujo en un 55%, según cifras del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) de dicho país.

Véronique Henry, representante de Plan International en el Perú, agrega que un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Estados Unidos, México, Chile y Colombia demostró que el 34% de los proyectos de educación sexual integral en las escuelas lograron retardar el inicio de la actividad sexual de los escolares.

Educación sexual en zonas alejadas

En 2008 el Ministerio de Educación publicó los lineamientos para aplicar la ESI en los colegios; sin embargo, según un estudio realizado por el Instituto Guttmatcher en el Perú "su implementación ha sido débil por falta de voluntad política, reflejada en una escasa capacitación docente y la ausencia de sistemas de evaluación". 

Hugo González, representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), señala que esto provoca que actualmente tengamos un promedio de 50 mil embarazos de niñas y adolescentes al año. "Estos embarazos o las infecciones de transmisión sexual que existen, sobre todo, en jóvenes y en lugares como Loreto, Amazonas o Ucayali, demuestran que la educación sexual no llega de la misma manera a todas partes del país", comenta.

El experto señala que la falta de educación sexual impacta directamente en las familias con menos ingresos. “En aquellas que tienen más recursos económicos, [tenemos el indicador de que] una de cada 50 adolescentes se embaraza. Sin embargo, en las familias que no tienen recursos, la proporción es una de cada 5 adolescentes; es decir, diez veces más", agrega.  

La mayoría de adolescentes que resultan embarazadas tienen que abandonar la escuela y su proyecto de vida, lo que termina influyendo en todo su desarrollo, explica González. 

Ante ello, el 82% de los peruanos considera que la educación sexual integral debe enseñarse en los colegios, de acuerdo a una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) en el 2022. Esta tendencia ya se había evidenciado cinco años antes, recuerda Véronique Henry, de Plan International.

"Hubo un estudio en el 2017 en 61 escuelas de Lima, Ucayali y Ayacucho que mostró que el 92% de estudiantes consideraba que la educación sexual integral fue útil en sus vidas para estar informados y sensibilizados en la importancia de la prevención de violencia y un ambiente de respeto", comenta. 

Falta claridad en el proyecto de ley

El texto que se ha aprobado en la Comisión de Mujer y Familia en el Congreso propone lo siguiente: "Las instituciones educativas públicas y privadas, en todos sus niveles educativos y modalidades, respetan el derecho de los padres de familia a exonerar a sus hijos de las clases de las areas curriculares que enfaticen la enseñanza de la educación sexual integral, por motivos de conciencia, creencia o convicciones religiosas, sin verse afectados en su promedio académico".

Natalia Manso, especialista en temas de género, alerta que la propuesta está mal formulada porque no especifica qué sucederá en el caso de los hijos de madres solteras cuyos padres están ausentes, de los padres que no se ponen de acuerdo o de los niños que residen en casas de acogida, por ejemplo. 

"De aquí tiene que salir un reglamento que va a generar un montón de contingencias legales. Además, se está hablando como si fuera un curso individual [cuando la ESI no es un curso]. ¿Qué va a pasar si están en clase de biología y se habla del aparato reproductor? ¿O si en matemáticas se hace un trabajo estadístico para reducir el embarazo adolescente? No se puede aprobar una ley de este tipo", detalla.

En esa línea, recomienda a los padres de familia que confíen en los cuadros técnicos y especialistas del Ministerio de Educación que trabajan para desarrollar estándares de calidad en la educación. "Si bien, tenemos que estar vigilantes como padres, no podemos perder este espacio [de ESI] para que los chicos accedan a la información", indica. 

Si se aprueba este proyecto tocaría fortalecerla Educación Sexual Integral en otros espacios, recomienda Henry. "Por ejemplo, a través del Ministerio de Salud o a nivel de campañas de información con el Ministerio de la Mujer o las mismas comunidades y los padres y madres de familia. Hay muchas organizaciones de jóvenes que son muy activos y participan en el desarrollo de su comunidad", puntualiza.