La recomendación principal de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es la promoción del diálogo, el rechazo de las estigmatizaciones, en particular étnico-raciales y sobre todo la realización de investigaciones y procesos judiciales que eviten el manto de la impunidad.
Escucha el canal de podcast de Las cosas como son en RPP Player.
El informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se compone de ocho capítulos diferentes. Los primeros intentan explicar el marco normativo en el que se venido desarrollando una vida política crecientemente polarizada, hasta que el 7 de diciembre se produjo la “ruptura del orden constitucional” por parte de Pedro Castillo. Esa ruptura o golpe de Estado es el punto de partida de las protestas que se concentraron sobre todo en el sur andino.
El capítulo sexto entra en el detalle de las “presuntas violaciones a los derechos humanos”, sobre la base de testimonios directos, videos y necropsias. El meollo del informe es el elevado número de muertos, en particular por balas disparadas por miembros de las fuerzas del orden. ¿Quiénes son los responsables de esas muertes? El ministro de Justicia sostuvo ayer que los ministros proscribieron el uso de armas de fuego y que la persona muerta en Lima fue víctima de una violación de derechos humanos.
El informe reprueba también la violencia ilegal de manifestantes, que se han producido fuera del derecho a la protesta, incluyendo la destrucción de edificios públicos y la voluntad de ocupar aeropuertos. El octavo y último capítulo contiene las conclusiones y las recomendaciones, que se dirigen a diferentes entidades del Estado, desde el gobierno hasta el Congreso de la República. La recomendación principal es la promoción del diálogo, el rechazo de las estigmatizaciones, en particular étnico-raciales y sobre todo la realización de investigaciones y procesos judiciales que eviten el manto de la impunidad.
Como era previsible el informe final ha sido recibido de manera variada: desde su rechazo por considerarlo parte de una conspiración extranjera contra nuestro país, hasta el reproche de ser benigno y complaciente con las actuales autoridades del Estado. Es difícil que una crítica formulada por una instancia multilateral pueda ser recibida con unanimidad. Pero, incluso los críticos más severos de la CIDH deberían leer con atención el informe y hallar en él una inspiración para mejorar el funcionamiento de nuestras instituciones.
Las cosas como son
Te recomendamos
Comparte esta noticia
Siguenos en