No es menos grave que el espíritu de querella y polarización paralice el esfuerzo por impulsar una política que dinamice la economía y favorezca la inversión privada.
Escucha el canal de podcast de Las cosas como son en RPP Player.
Desde que se asentó el gobierno de Dina Boluarte se alejan las posibilidades de que se convoque a elecciones anticipadas. Está claro que son muy pocos los congresistas que todavía reclaman poner fin a sus funciones antes del 2026. Y lo que fue una iniciativa del Ejecutivo encalló en las maniobras de las bancadas que subordinan el interés del país a sus intereses particulares. Desde entonces tenemos cada día conflictos de baja intensidad, que sirven quizás para distraernos de la línea que separa la lucha contra la corrupción del intento por controlar todas las instituciones públicas. Hoy será sometido a una nueva interpelación el ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta, quien deberá responder a doce preguntas en torno al atentado que costó la vida a cuatro miembros del Ejército. Como si no fuera suficientemente grave la larga persistencia del narcoterrorismo en el VRAEM, corremos el riesgo de descabezar un sector, que además juega un papel clave en la prevención del fenómeno de El Niño. Mientras tanto, ayer comenzó el procedimiento de “investigación sumaria” a los miembros de la Junta Nacional de Justicia. Y se multiplican las iniciativas para perturbar nuestra inserción en la comunidad internacional, porque algunos no quieren que el Perú acepte los estándares internacionales de la democracia. No es menos grave que el espíritu de querella y polarización paralice el esfuerzo por impulsar una política que dinamice la economía y favorezca la inversión privada. Todos los conflictos políticos se producen en el marco del aumento de la pobreza. Es fácil quejarse de la baja ejecución presupuestal de la mayoría de las entidades públicas, pero son muy pocos los que hacen propuestas para destrabar miles de obras paralizadas, aumentar la superficie agrícola, generar empleo y reducir la informalidad. El país necesita una tregua. Y volver a preguntarse si no nos convendría cerrar con elecciones anticipadas un largo capítulo de parálisis y retroceso institucional.
Las cosas como son
Comparte esta noticia
Siguenos en