Día del Niño: entre los dispositivos electrónicos y los espacios públicos que se merecen

Los niños que pasan más tiempo frente a la pantalla de un dispositivo electrónico podrían dejar de aprender más de mil palabras nuevas, según un estudio publicado en mayo en la revista de la Asociación Médica Estadounidense de Pediatría.

Por otro lado, los menores de entre uno y tres años que están expuestos por casi tres horas a computadoras, televisores o teléfonos móviles hablan poco y pierden comunicación con sus padres, agrega la investigación revisada por RPP Data.

En el 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó, por primera vez, recomendaciones sobre el tiempo que los niños pequeños pueden pasar viendo televisión o jugando con un celular. Precisaron, además, que los menores de dos años no deben estar expuestos a pantallas, mientras el grupo comprendido entre los dos y cinco años pueden usar dispositivos máximo una hora al día.

El documento hacía énfasis en la necesidad de promover que los niños retomen las actividades de juego [en físico] para reemplazar el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla con un comportamiento sedentario.

¿Qué sucede en el Perú?

En nuestro país, un informe técnico del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), publicado en junio del 2024 y que recoge datos del primer trimestre de este año, muestra que el 58% de los niños entre seis y once años hace uso de internet, lo que representa un aumento del 8% respecto al 2023. En el caso de menores entre 12 y 18 años la cifra pasó de ser 65,2% en el año 2019 a 86,2% a este año, según el estudio.

El psicólogo Luis Basadre señala que la tecnología "ha traído cambios radicales" en la forma de jugar de los niños y niñas y de interacturar socialmente. Precisa que uno de los aspectos que más caracteriza al uso de la tecnología "es el aislamiento y la falta de contacto cara a cara en los juegos virtuales".

En esa línea, agrega que la falta de socialización directa podría ocasionar que niños y jóvenes "no desarrollen muchas de sus habilidades sociales", sobre todo en aquellos que tienen dificultades en el desarrollo emocional.

"[En esa situación] el problema se agudiza. [El niño] viene del aislamiento social, que es cómodo para él; entonces, cuando tiene que exponerse a [interactuar con] sus compañeros de colegio, se generan ataques de ansiedad y de angustia", resalta.

Basadre sostiene que, si bien, el tiempo de uso de las pantallas puede ir en aumento conforme los niños y niñas van creciendo, aquellos que se expongan más horas de las recomendadas a estos dispositivos podrían tener problemas para desarrollar el lenguaje.

"Van a tener menor vocabulario, menos capacidad de comprender el mundo y de transmitir sus emociones a través de la palabra porque van a tener un lenguaje muy reducido. El lenguaje solamente se desarrolla en el contacto con otros seres humanos a través del diálogo, de la interacción directa", precisa.

La importancia de promover espacios públicos seguros e inclusivos

Para que los niños se relacionen con otras personas de su edad se necesitan espacios públicos seguros, los cuales resultan insuficientes en el Perú debido a la falta de planificación urbana, comenta Patricia Alata, directora de Conocimiento en Lima Cómo Vamos.

Impulsar la mejora de la infraestructura implica hacer ciudades más inclusivas no solo para la infancia, sino para todos y todas los ciudadanos, indica la especialista.

"Un bebé que está en su silla, en su carrito, en su coche, necesita de rampas, necesita de barandas adecuadas, necesita de semáfotos con cruces seguros. Entonces, [responder a] las necesidades de los niños implica trabajar [también en] las necesidades de otros grupos vulnerables como personas con sillas de ruedas, adultos mayores, etc (...) No solamente crear un tobogán es hacer un espacio inclusivo", refiere.

En 2023, la Defensoría del Pueblo advirtió deficiencias en parques y juegos infantiles en los distritos de Chorrillos, Rímac y La Victoria, donde se observó falta de limpieza y mantenimiento.

Al mal estado de estos lugares se suma el peligro al que las personas se exponen en espacios públicos, comenta Cynthia Yamamoto, cofundadora de la Asociación Pueranos de a Pie.

"También tiene que ver con un tema de la inseguridad. Cada vez hay más noticias de crímenes y de cuestiones que van pasando en la calle, que finalmente terminan haciéndole un espacio hostil para las infancias", señala.

Yamamoto remarca que es trabajo de las autoridades brindarle a la ciudadanía espacios públicos de calidad, implementar caminos escolares seguros en las cercanías de los colegios, así como jardines o huertos urbanos que promuevan actividades de descubrimiento y de exploración. 

Alternativas para fomentar actividades fuera de las pantallas

Hallar un equilibrio entre el uso de la tecnología y las actividades al aire libre o compartir tiempo de calidad en familia es vital para el crecimiento de los niños. 

Sandro Marcone, experto en tecnología educativa y aprendizaje digital, sostiene que es tendencia mundial que exista un mayor uso de la tecnología por parte de niños, niñas y adolescentes. Según comenta, diversos estudios señalan que la disminución de actividad al aire libre está relacionada al deterioro de la seguridad, de la infraestructura y el distanciamiento social [como el que se dictó durante la pandemia de la Covid-19].

"Creo que la ecuación es más compleja, no es solamente que haya [un intercambio] entre el tiempo en pantallas y [el hecho de] que los chicos y chicas hayan dejado de ir al parque o a la plaza por usarlas. Usan las pantallas porque no tienen acceso a otra cosa o porque hay muchas restricciones de las familias [para dejarlos salir] por la inseguridad", manifiesta.

Ante este escenario, Marcone plantea algunas alternativas de actividades que los padres o los responsables de los niños y niñas pueden promover en el hogar para reducir el tiempo que los menores pasan frente a pantallas y, a la vez, crear espacios y momentos de calidad importantes para su desarrollo.

"Si mis hijos están jugando videojuegos y después de un rato les digo, vamos a jugar fulbito al parque, entonces les ofrezco algo alternativo. Leer juntos es una buena práctica o contarle un cuento, juegos de mesa, sobre todo en un escenario en donde de repente no es tan sencillo encontrar un parque seguro, limpio, en donde puedas mandar a tus hijos", sostiene. El experto agrega que ese tipo de dinámicas son las que las generaciones anteriores utilizaban y a las que se deberían recurrir ahora.

A su vez, Basadre hace hincapié en que esta práctica se puede promover al interior de las familias, con padres que también regulen su tiempo frente a las pantallas y les brinden tiempo de calidad a sus hijos.

"A veces ponemos la mirada en los chicos y cómo hacen uso de la tecnología, pero a quien tenemos que mirar realmente es al adulto [para evaluar] de qué manera están siendo modelos sanos del buen uso de la tecnología", expresa.