Migrantes indocumentados, en su mayoría venezolanos, son impedidos de retornar a Chile o ingresar al Perú. Ellos aseguran que solo quieren cruzar por el territorio nacional para llegar a su país de origen: Venezuela.
18 días han pasado desde que un grupo de al menos 250 migrantes, entre venezolanos, haitianos y colombianos, se encuentra en el desierto que une a Perú y Chile, entre los complejos fronterizos de Santa Rosa (Tacna) y de Chacalluta (Arica), en la zona conocida Línea de la Concordia.
En el marco de la crisis migratoria, los gobiernos de Chile y Perú han iniciado una serie de coordinaciones conjuntas para mejorar el control del flujo de migrantes en la frontera común entre ambas naciones, según ha anunciado la canciller peruana Ana Gervasi.
Mientras que los dos países continúan dialogan, decenas de personas indocumentadas, entre adultos mayores, mujer y niños, yacen bajo el inclemente sol del desierto de la zona fronteriza del sur. Por eso surgen preguntas sobre qué medidas inmediatas se deberían aplicar para mitigar la crisis migratoria.
Éxodo migratorio: una problemática que no debe ignorar el continente
Para el analista internacional, el chileno Carlos Escaffi, la crisis migratoria es un tema que debe servir para que los países sudamericanos aborden el éxodo venezolano de forma conjunta, a fin de establecer mecanismos multilaterales para evitar imágenes como las de ahora: migrantes varados a un lado de la frontera.
“Este es un tema latinoamericano, no podemos mirarnos entre la Cordillera [de los Andes]; hay que involucrar a Ecuador y Colombia. Y que no se la lleve gratis el señor Nicolás Maduro, el único responsable de este éxodo que ha tenido a más de 8 millones de venezolanos en el mundo”, declaró en Ampliación de Noticias.
En este proceso de diálogo y de esfuerzo multilateral, sugirió, deben participar las agencias internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“Más que la OEA, acá tiene un papel gravitante Naciones Unidas, a través de ACNUR y del OIM. No solamente se trata de entregar kits sanitarios, esta es una situación que se venía desde el momento en que vemos este éxodo migratorio, que pasó por la frontera colombiana y ecuatoriana”, señaló.
¿Copiar el modelo migratorio de Perú?
Mientras que el abogado venezolano y docente de la Universidad de Lima, Pablo Sánchez, consideró que los países de la región deberían adoptar el plazo de seis meses que fijó el Gobierno peruano para que los extranjeros regularicen su situación.
“Creo que lo solución estaría en que el resto de América Latina empiece a imitar la política migratoria peruana […]. Estos siguientes seis meses va a haber un proceso de registros de venezolanos; y los que no se registren en estos meses van a ser expulsados, porque alguien que no se quiere registrar, algo esconde”, aseveró.
Así, Sánchez dijo que los migrantes venezolanos deben ser considerados como refugiados, a fin de que puedan cruzar por los países miembros de ACNUR, como Chile y Perú, para posteriormente registrarse y regularizar su situación.
“No solamente son migrantes los que están acá, son refugiados. La mayoría de personas son madres con niños y bebés en brazos. Cuando son refugiados, la condición jurídica es diferente. Una persona refugiada debe ser admitida en cualquier país de ACNUR”, sentenció.
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