Chiclayo: familias damnificadas deben desalojar losa deportiva por inicio de clases

Son un total de 300 personas, entre ellas 120 menores de edad y 3 embarazadas, quienes deben dormir en camillas y colchonetas casi a la intemperie. | Fuente: RPP

Al rededor de 60 familias, cuyas casas quedaron inhabitables luego del desborde del río La Leche, se encuentran en incertidumbre al no tener a dónde ir.

Alrededor de 60 familias damnificadas por el desborde del río La Leche, en el distrito de Illimo, provincia de Lambayeque, se encuentran en incertidumbre al tener que abandonar este viernes la losa deportiva del colegio San Juan donde fueron reubicados temporalmente, debido al inicio de clases previsto para este lunes 3 de abril. 

Son un total de 300 personas, entre ellas 120 menores de edad y 3 embarazadas, quienes deben dormir en camillas y colchonetas casi a la intemperie, dado que el espacio solo está protegido por un techo y cada vez que llueve el agua se filtra por los costados.

"No tengo un lugar a dónde ir y soy gestante", le contó una de las personas afectadas a RPP.

Estas familias, cuyas casas quedaron inhabitables por el desborde del río producto de las intensas lluvias, realizan todos los días olla común para poder comer, gracias a los víveres que son donados por personas caritativas. 

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Familias damnificadas deben desalojar loza deportiva | Fuente: RPP

Calles y avenidas inundadas tras siete horas de lluvias:

Las principales calles y avenidas de Chiclayo, en la región Lambayeque, amanecieron inundadas luego de que una persistente lluvia cayera por un lapso de cerca de siete horas.

Las precipitaciones se registraron el jueves desde las 6:00 p.m. y se extendieron de forma continua hasta la 1:00 a.m. del viernes, anegando las diversas vías de la ciudad.

Cabe precisar que por segundo día consecutivo Chiclayo padece por las lluvias extremas, pues el miércoles se presentaron fuertes precipitaciones que duraron ocho horas.

La enviada especial de RPP pudo registrar el momento en que las personas, que daban inicio a sus actividades, tenían que quitarse los zapatos para cruzar las calles cubiertas por las lluvias y con aguas residuales.

Los vehículos también se vieron afectados por el agua acumulada, que al llegar a cubrir casi en su totalidad los neumáticos, dificultaban su avance.


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