Resulta difícil creer que la por entonces flamante primera ministra no estuviera informada y no haya colaborado con la opción golpista escogida por Pedro Castillo.
Escucha el canal de podcast de Las cosas como son en RPP Player.
Una sala penal de la Corte Suprema ha impuesto ayer prisión preventiva de 18 meses a la ex primera ministra Betssy Chávez, por su participación en el golpe de Estado de Pedro Castillo. La Justicia ha dado razón a la solicitud planteada por la Fiscalía que sostuvo que se cumplen en el caso de Chávez los requisitos de la prisión preventiva: prognosis de pena superior a cuatro años, obstrucción a la Justicia y falta de arraigo. Más de seis meses después de los hechos, debe ser evidente para todo observador de buena fe que el golpe de Estado que anunció Pedro Castillo durante la mañana del 7 de diciembre fue preparado y coordinado. La última evidencia es el texto de un decreto supremo que se halló en una computadora de la presidencia. El discurso de Castillo no era sino el punto de partida de un dispositivo de control de las instituciones del Estado, en clara ruptura del orden constitucional. Resulta difícil creer que la por entonces flamante primera ministra no estuviera informada y no haya colaborado con la opción golpista escogida por Castillo para cambiar el Estado y al mismo tiempo ponerse al abrigo de las investigaciones sobre casos de corrupción en los que se hallaba implicado. La fiscalía procedió a la detención de Chávez en su domicilio en Tacna, pero antes de su entrega se produjo un incidente que pone de manifiesto la actitud de Chávez hacia la prensa independiente. Personas que salieron del domicilio de Chávez atacaron a periodistas que se hallaban delante de la puerta y sustrajeron el celular de nuestro corresponsal, Javier Rumiche. Peor aún, un corpulento perro Rottweiler fue utilizado para intimidar e impedir el trabajo de los periodistas. Así transcurrieron las últimas horas de libertad de Betssy Chávez.
Las cosas como son
Comparte esta noticia
Siguenos en