La realización del recital, previsto para el 21 de febrero, está en el aire, a la espera de que las autoridades se pronuncien sobre la realización de eventos masivos en el marco del estado de excepción que rige en el país para frenar al crimen organizado.
El concierto que el cantante mexicano Luis Miguel tiene previsto ofrecer en Quito el próximo miércoles 21 de febrero está en el aire, a la espera de que las autoridades se pronuncien sobre la realización de eventos masivos en el marco del estado de excepción que rige en el país para frenar al crimen organizado.
El estadio olímpico Atahualpa, de la capital ecuatoriana, es el escenario anunciado para que Luis Miguel tenga su única presentación en Ecuador de su 'Tour 2024', pero los organizadores y promotores del concierto señalaron este martes que su celebración depende de la disposición oficial de las autoridades.
"La seguridad y bienestar de nuestro público es nuestra prioridad", señaló en un comunicado la productora FTC Live, encargada de la puesta en escena del 'Sol de México' en Ecuador y también del concierto en Quito del productor y remezclador neerlandés de música electrónica Martin Garrix, previsto para el sábado 24 de febrero.
La disposición debe ser emitida por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional, que en principio no permitirá el acceso de público a eventos deportivos como los partidos de la primera división de fútbol, según anticipó el lunes el viceministro de Gobierno, Esteban Torres.
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Desde inicios de enero rige en Ecuador un estado de excepción para combatir al crimen organizado, lo que incluye un toque de queda nocturno, cuyos horarios varían por provincias y ciudades, en función del nivel de riesgo asignado a cada una de ellas por las autoridades.
El Gobierno del presidente Daniel Noboa declaró también como un "conflicto armado interno" la lucha contra las bandas criminales, a las que pasó a denominar como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales a ser neutralizados por las fuerzas del orden.
Esto después de una oleada de atentados y violencia atribuida al crimen organizado, que incluyó secuestros de policías, asesinatos, alertas de explosivos, vehículos incendiados, motines en cárceles con unos 200 rehenes que lograron ser liberados y la toma de un canal de televisión por parte de un grupo armado que fue detenido. (EFE)
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