Un día como hoy, pero en 1951, Carlos Alberto García Moreno, mejor conocido como Charly García, nacía en Buenos Aires. En RPP Noticias hacemos un breve recorrido por diez discos de una carrera que abarca más de medio siglo de genialidad absoluta.
Charly García, uno de los íconos del rock latinoamericano, está de cumpleaños este domingo. Su recorrido artístico, que incluye incursiones en la actuación y la pintura, ha sido objeto de muchos libros y documentales debido a esa genialidad y locura que han impregnado su obra en más de medio siglo. Un camino que inició en 1967 cuando, en el colegio secundario, conoció a Nito Mestre.
Su basta discografía incluye su paso por Sui Generis, La Máquina de hacer Pájaros, Serú Girán y muchos otros álbumes realizados en colaboración; mientras que cada disco de su etapa solista es un universo aparte en los que supo leer las tendencias musicales de su tiempo, incorporarlas a su sonido y concebir algo nuevo.
En RPP Noticias, hacemos un recorrido por una selección de 10 discos que abarca las décadas de los 70, 80, 90 y el nuevo siglo, una aproximación a su obra, sin afán de ránking, que podría servir para recordarnos por qué este genio de oído absoluto ya es eterno.
1. Vida - Sui Generis (1972)
Charly solo tenía 21 años cuando se publicó el primer disco de Sui Generis, dúo que integraba junto a Nito Mestre. El álbum fue grabado casi de manera clandestina en los estudios Phonalex, porque la gente de la discográfica percibía con desconfianza su sonido folk y sus letras inocentes sobre el amor y la muerte. Sin embargo, el disco marcó un antes y un después en la historia musical argentina porque, según afirmó su productor, Billy Bond, convirtió al rock en algo accesible para todos los públicos.
La placa incluye el primer himno de la carrera de Charly: Canción para mi muerte, un tema de título paradójico considerando el nombre del álbum. La canción fue compuesta "en 10 minutos", según afirmó su propio autor, una noche en que se había pasado de anfetaminas durante su servicio militar. "Pensaba que era mi fin", contó años después en una entrevista sobre el tema.
Canciones esenciales:
Además de ese hit sobre la muerte, el disco tiene otras canciones esenciales, con los sentimientos de dos casi adolescentes en carne viva. "Amigo, vuelve a casa pronto", "Cuando comenzamos a nacer" y "Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris" son imprescindibles.
2. Películas - La Máquina de Hacer Pájaros (1977)
Tras el adiós de Sui Generis en 1975, con dos conciertos sucesivos en el Luna Park que reunieron a más de 25 mil espectadores, y el fugaz proyecto PorSuiGieco, la siguiente banda armada por Charly fue La Máquina de Hacer Pájaros, cuyo álbum debut homónimo vio la luz en 1976, en pleno inicio de la dictadura militar argentina.
Al año siguiente, y con gran expectativa de público y crítica, el grupo lanzó su segunda producción: Películas, título acortado del tema Qué se puede hacer salvo ver películas, frase que resumía el sentir de los jóvenes de la época ante la censura de actividades de manifestación libre realizada por los militares.
Si el primer álbum se adentraba en el territorio del rock progresivo, esta placa bucea en él como su elemento principal. Además, letras como la de Hipercandombe rozaban la férrea censura de esos tiempos: cuando la noche te hace desconfiar / yendo por el lado del río / la paranoia es quizás / nuestro peor enemigo.
Canciones esenciales:
Los 8 temas del disco son una máquina a todo vapor de teclados, sintetizadores y ritmos que rompían las estructuras clásicas del rock. No te dejes desanimar, Qué se puede hacer salvo ver películas y Ruta Perdedora, además de una orquestación exquisita, tienen letras que apenas disimulan el clima de terror que se vivía en esos tiempos.
3. Serú Girán – Serú Girán (1978)
Pese a sus dos discos sorprendentes, La Máquina se disolvió a fines del 77. Al año siguiente, a su regreso de una breve temporada en Brasil, Charly comienza a armar su siguiente proyecto que quedó conformado por David Lebón, Óscar Moro y un jovencísimo Pedro Aznar, de apenas 19 años. Se trataba de Serú Girán.
Pese al éxito de sus dos anteriores grupos, Charly estaba al borde de la quiebra, por lo que los primeros años de Serú Girán fueron muy difíciles. En noviembre del 78, publican su álbum debut homónino. Sin embargo, no fue bien recibido por el público ni la crítica, algo que, con el pasar de los años, terminaría cambiando.
Serú Giran no es un mal álbum, sino todo lo contrario. Su orquestación, a veces sombría, a veces explosiva; y sus letras introspectivas y vanguardistas impregnan una obra que, en su momento, mereció mejor suerte.
Canciones esenciales:
Eiti-leda es todo una cátedra sobre cómo debe iniciar un álbum trascendental ¡Qué canción! El Mendigo en el Andén revela a un David Lebón en estado de gracia en las voces, y el teclado in crescendo del final es un poema absoluto. Seminaré es otro himno fundamental del universo García.
4. La Grasa de las Capitales – Serú Girán (1979)
Tras el mal recibimiento de su debut, la banda siguió adelante con una estrategia infalible: burlarse de las burlas. Dado que los medios decían que aquellos que se presentaron como Serú Girán en el concierto de presentación del álbum eran unos impostores, y otras revistas sacaran titulares como "Charly García: ¿ídolo o qué?", el grupo ironizó con todo eso en la portada icónica de su segundo trabajo.
“Estaba podrido de todas esas revistas tipo Gente, que eran tan caretas, y pensamos esa tapa”, confesó Charly años después.
Pero La Grasa de las Capitales es mucho más que una portada satírica, es ser testigos de un grupo ya cohesionado que sabe llevar al oyente por un buffete de sonidos y dejarle con ganas de más. El álbum arranca con la canción homónima, con un coro de intro -que hace recordar a Rapsodia Bohemia de Queen- que te hace pensar que fue un milagro que los militares no los hayan censurado para siempre. Sus voces dicen: “¿Qué importan ya tus ideales?”
Canciones esenciales
El álbum, como todas las obras maestras de la música, sabe guardar un equilibrio entre el ataque musical, el ritmo cálido y la calma introspectiva. Perro Andaluz y Frecuencia Modulada son muestras de ello. Sin embargo, Viernes 3 AM remite a la desesperanza más descarnada, una especie de catarsis en la que el protagonista decide acabar con su vida ante la desazón que le causa el vacío ideológico: Cambiaste de tiempo y de amor / Y de música y de ideas / Cambiaste de sexo y de Dios / De color y de fronteras.
5. Clics Modernos (1983)
Luego de la partida de Pedro Aznar a EE.UU., Serú Girán entró en pausa en 1982. Ese mismo año, Charly inició su etapa solista con el fundamental Pubis Angelical / Yendo de la Cama al Living. A la par, tras el desastre de la Guerra de las Malvinas, Argentina entraba a una nueva etapa de convulsión y cambios que acabaron con la entrega del poder, en 1983, al gobierno constitucional de Raúl Alfonsín por parte de los militares.
Estos nuevos tiempos también se sintieron en la transformación del sonido de Charly para su segundo disco solista, Clics Modernos. Para su producción y grabación, viajó a Nueva York y trabajó con el ingeniero de sonido Joe Blaney, uno de los arquitectos de su obra musical. El álbum es un collage de sonidos new wave, con toques de experimentación, alusiones a la saliente dictadura militar y un toque de humor satírico al más puro estilo de García.
"Creo que es una mezcla de rocanrol, tal vez un poco de tango. El rocanrol toma algunos elementos locales en muchos países. Nosotros tenemos esa mezcla con el tango. En las letras también", decía Charly sobre el disco en entrevistas de la época.
Para la gira del álbum, el genio contaba con músicos de lujo: Pablo Guyot en guitarra, Alfredo Toth en bajo, Willy Iturri en batería, Daniel Melingo en saxo, Fito Páez en teclados y Fabiana Cantilo en coros
Canciones esenciales
La producción tiene algunos de los temas más bellos del genio bonaerense, como la atemporal Los Dinosaurios, una canción que, curiosamente, su autor dice que no alude a la dictadura militar argentina.
“Juro que cuando la escribí no pensé en los militares… La letra tenía más que ver con el sentimiento de ausencia que se produce en uno cuando pierde algo, desde un amor hasta el cepillo de dientes”, dijo García para una entrevista en Rolling Stones.
Si el inicio con Nos Siguen Pegando Abajo es una muestra de la "modernidad" del sonido de Charly en el 83, Ojos de Video Tape, el cierre del álbum y la única "lenta" del disco, nos remite a los momentos más emotivos de su carrera.
6. Parte de la Religión (1987)
El año 1986 no había sido de los mejores para Charly. El supergrupo que lo había acompañado en los conciertos de Clics Modernos y Piano Bar ya no estaba con él, por lo que reclutó a Richard Coleman en guitarra, Christian Basso en bajo, Fernando Samalea en batería y Andrés Calamaro en teclados. Sin embargo, en diciembre del 86, a poco de iniciar la grabación del que sería su cuarto trabajo, todos excepto Samalea, abandonaron el barco.
Esto, sumado a la muerte de su hermano Enrique en diciembre de ese año y a la pobre recepción de Tango, disco realizado junto a Pedro Aznar, dejaban a Charly en una situación de incertidumbre. Fue en ese clima en que se gestó Parte de la Religión.
Grabado entre Buenos Aires, Río de Janeiro y Nueva York, y con Charly tocando todos los instrumentos, excepto la batería, Parte de la Religión es un disco que rebosa genialidad, donde nada sobra. Su sonido refleja la maestría que García había alcanzado en los sintetizadores y la tecnología musical de la época.
“Quizás planeé deliberadamente un disco sin banda, porque quería hacer música que fuera bien 'García'. Además, yo sé tocar bien el bajo, con la guitarra me arreglo y hay una buena parte solucionada con las teclas, aunque esta vez traté de no extralimitarme", dijo en una entrevista de la época para la revista Pelo.
El álbum contó con invitados como el grupo brasileño Os Paralamas Do Suceso en el Rap de las hormigas, la guitarra de David Lebón en Buscando un símbolo de paz y Adela en el carrousel; Cheryl Poirier y Paula Toller en coros en No voy en tren, La ruta del tentempié y Buscando un símbolo de paz. También participaron Daniel Melingo y Fabiana Cantilo.
Canciones esenciales
El disco en sí es un combo de 10 canciones esenciales. Sin embargo, el arranque con Necesito tu Amor es García pisando fuerte con un bombo atronador, sitar, flauta y marimba, entre otras especias musicales. Genialidad absoluta. Le sigue la fundamental Buscando un símbolo de paz, con un ritmo irresistible que remite a Prince. Pero una de las cerezas del pastel, sin duda, es Rezo por vos, tema que era parte de la colaboración entre García y Spinetta en el 85, pero que no llegó a ver la luz ese año. La canción tiene un aura mística, una letra confesional y es cantada de manera desgarrada por Charly. Simplemente inolvidable.
7. Filosofía Barata y Zapatos de Goma (1990)
Los 80 le pertenecieron a Charly tras una sucesión de discos no solo importantes para su carrera, sino fundamentales en el rock latinoamericano. La siguiente década inició con otra obra maestra, con Charly García presentándose en carne viva tras el abandono de Marisa 'Zoca' Pederneiras, quien había sido su pareja y musa por más de una década.
La grabación del álbum inició en enero de ese año con una reinterpretación de I’ll Feel a Whole Lot Better, de The Byrds, a la que tituló Me siento mejor. ¿Negación de la realidad? La producción nuevamente contó con Joe Blaney y se extendió hasta julio, con invitados de lujo como Pedro Aznar, Andrés Calamaro, Nito Mestre y Gustavo Cerati.
Eran tiempos de Los Enfermeros, su banda de apoyo integrada por Fernando Samalea (batería, máquinas de ritmo, percusión y bandoneón), Carlos García López (guitarra), Hilda Lizarazu (voces), Fabián von Quintiero (teclados) y Fernando Lupano (bajo). El resultado fue un álbum desgarrador, íntimo, pero también audaz, directo y con pistas rockeras en el más agresivo sentido de la palabra. Fue su última obra maestra en los términos que había planteado durante los 80.
Canciones esenciales
Filosofía Barata y Zapatos de Goma es una obra a la que, deliberadamente, se le ven demasiado las costuras, es casi una carta al amor perdido, y revela más de lo que la poesía permite. Muestra de ello es De Mí, la pista que inicia el disco, una especie de confesión del estado de los sentimientos de su autor: "cuando me mires a los ojos / y mi mirada esté en otro lugar / no te acerques a mí / porque sé que te puedo lastimar".
Le sigue la desgarradora canción que le da nombre al disco, un tema con una destinataria plenamente identificable: "y en la terminal / estoy descalzo y te espero a ti / El ómnibus se ha ido / el amor se ha vencido/ quise quedarme pero me fui".
8. La Hija de la Lágrima (1994)
En los cuatro primeros años de los 90 pasaron muchas cosas en la vida de Charly: el lanzamiento de Radio Pinti, junto al humorista Enrique Pinti y los Illya Kuryaki and the Valderramas; su primer internamiento por adicciones; el lanzamiento de Tango 4, con Pedro Aznar, que originalmente iba a incluir a Gustavo Cerati; y el retorno caótico de Serú Girán. Ante ello, el anuncio del nuevo disco solista de García, publicitado como una ópera rock, causó gran expectiva.
El álbum es nítidamente una bisagra entre el Charly de los 80 y lo que vendría en la segunda mitad de los 90. Según explicó el músico, fue el primero en usar la técnica rándom que, básicamente, consiste en grabar la primera idea que se tiene en la cabeza dándole un "orden caótico". Sus capas de sintetizadores, sus largas pistas instrumentales y su concepto, hasta cierto punto, indescifrable, no fueron impedimento para que sea un éxito comercial y una de las obras fundamentales de su discografía.
Canciones esenciales
Ante la queja de los empresarios de que el disco no tenía un hit, Charly compuso, "en 10 minutos", el tema Chipi Chipi -que originalmente se llamaba La canción sin fin- y fue uno de los éxitos del álbum. La sal no sala y Fax U son otras de las canciones que se convirtieron en clásicos instantáneos en su repertorio.
9. Say No More (1996)
En el capítulo de Bios (serie de NatGeo) dedicado a Charly García, el escritor Roque Di Pietro resume muy bien lo que fue el octavo álbum solista: "lo que haya dentro del huevo de La Hija de la Lágrima nace en Say No More (...), contestadores automáticos, cosas de la radio, es otro plan completamente. Y por momentos, parece que Charly está pintando sobre la cinta, directamente".
Say No More (SNM) es un parteaguas en la forma de crear de Charly y una transformación en su sonido. Las canciones, si se pueden llamar así, apenas tienen "sentido", y apelan a una especie de asedio sónico al oyente, con una energía insana. Un disco con tintes electrónicos, recursos lo-fi, psicodelia y capas de sonido que se erigen como un laberinto.
Aunque, en su momento, fue calificado como un suicidio comercial tras el aclamado MTV Unplugged del músico, con los años ha sido revalorado como una obra de vanguardista genialidad. Lo que es cierto, es que es imposible que el disco deje a alguien indenme: o lo amas o lo odias.
Canciones esenciales
Aunque este disco es una obra compacta y sus temas indesligables, hay lucidez en la oscuridad que propone. Y eso es más evidente en cortes como Estaba en llamas cuando me acosté, una especie de respuesta a la prensa sensacionalista sobre su estado de salud, Cuchillos dedicado a Mercedes Sosa y grabado en la ducha, y la conmovedora Alguien en el mundo piensa en mí, algo de esperanza en medio del caos.
10. Influencia (2002)
Tras el retorno de Sui Generis, en el 2000, el siguiente álbum de Charly fue como un retorno a las canciones de rock de concepción clásica. Aunque, claro, nada es "clásico" en un artista que constantemente busca reinventarse. Influencia, sin embargo, contenía canciones de otras etapas como Happy and Real, de Tango 4, o Encuentro con el Diablo, de Serú Girán.
El décimo álbum de Charly es como una vuelta al ring comercial, una demostración de que su capacidad para producir éxitos "radiables" seguía intacta.
En el disco, toca casi todos los instrumentos y hay una colaboración estelar de Tony Sheridan en I'm not in love. Además, sobresale por su creatividad en las reinterpretaciones, con juegos verbales incluídos, como lo evidencia el título del disco tomado de la canción Influenza de Todd Rundgren, la cual versiona como Influencia.
Canciones esenciales
Tu Vicio, el primer corte del álbum, es una pieza de rock con un estribillo irresistible que ironiza con su propia percepción artística en la sociedad argentina: "no me podés dejar / porque solo soy un vicio / tu vicio". Le sigue I'm not in love, con Sheridan en guitarra y coros, que pese a vocación irónica revela el estado del artista en ese momento: “Cuando la gente dice que estoy bien / no pueden ver debajo de mi piel”.
Bonus
PorSuiGiego – PorSuiGieco (1976)
En 1974, en los momentos finales de Sui Generis, surgió la idea de hacer un supergrupo a lo Crosby, Stills, Nash & Young, solo para divertirse y pasarla bien. El resultado fue PorSuiGieco, un grupo integrado por Charly, Nito Mestre, Raúl Porchetto, León Gieco y María Rosa Yorio, entonces pareja de García. Tras el adiós de Sui Generis, el postergado trabajo conjunto encontró un momento preciso para materializarse.
El único álbum de PorSuiGieco es una cátedra de rock y folk con pinceladas progresivas y contiene algunas de las letras más acordes al contexto de dictadura militar que se vivía en la época. Por eso, sufrió la censura previa a su lanzamiento, con la supresión de El fantasma de Canterville.
Canciones esenciales
El disco arranca con la bluesera La mamá de Jimmy, cantada por León Gieco, una pieza de estructura simple y estribillo pegadizo. Le sigue Fusia, la primera composición de Nito Mestre. Otros clásicos son Quiero ver, quiero ser, quiero entrar en la voz de María Rosa Yorio y la conmovedora y simbólica La Colina de la Vida, también en la voz de Gieco.
Sin embargo, El fantasma de Canterville destaca no por su calidad musical en sí, que la tiene, sino por lo que representa: una canción que trata sobre "un hombre bueno" que "siempre pagó todas sus deudas", pero que, pese a ello, fue decepcionado por "la realidad". Quizá sabe resumir el sentimiento de frustración de miles de personas ante la represión descarnada del aparato militar argentino en los 70.
Hello! MTV Unplugged (1995)
Grabado tras el lanzamiento de La Hija de la Lágrima y justo antes del inicio de la etapa caótica de Say No More. Pese a las reticencias iniciales de Charly, quien decía que ya había hecho algo acústico en Sui Generis, el álbum fue un éxito comercial y de crítica.
El olvido de la letra en el medley de Serú Giran, el uso de una especie de pregrabación de una muñeca parlante y la anécdota de la demora de media hora en el baño en plena grabación, son algunos de los episodios que enmarcan y no soslayan la prolijidad de la interpretación de la sesión.
Con María Gabriela Epumer, en guitarra; Fabián Quintiero, en teclados y bajo; Fernando Samalea, en batería; Érica Di Salvo, en violín; y Ulises Di Salvo, en cello, Charly dio cátedra, una vez más, de una interpretación emotiva y sólida, algo pocas veces repetido en los Unplugged de la cadena musical.
Canciones esenciales
Aunque siempre es toda una experiencia escuchar a Charly en clave acústica, resultan especialmente emocionantes las versiones de Los Dinosaurios, con ese anuncio previo de "una canción que le gusta mucho a todo el mundo, sobre todo a los muertos"; la electrizante Ojos de Video Tape, con la voz de Gabriela Epumer secundado delicadamente a García; y el Medley nostálgico de Serú Girán. Calidad pura.
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