Más de 4 500 presidiarios de Ucrania han pedido acogerse a una nueva ley que les permite firmar un contrato con el Ejército para defender a su país en el frente ante Rusia.
Miles de presos comunes de Ucrania buscan acogerse a una nueva ley aprobada en mayo que les permite salir de prisión antes de tiempo si firman un contrato con el Ejército para defender a su país en el frente ante Rusia.
Además de una oportunidad de acelerar su liberación, la mayoría de los interesados ven en su participación en la guerra una forma de redimir errores pasados y volver a ganarse el respeto de la sociedad y de sus familias.
“En el frente soy más útil que en la cárcel”, dice a EFE Vitali Yatsenko, un joven de 23 años que en 2020 fue condenado a 7 años de cárcel por tráfico de drogas y ha pedido salir ya en libertad para unirse a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Yatsenko ha pasado todos los exámenes físicos y psicológicos correspondientes y espera una respuesta de la Justicia a su solicitud.
Si obtiene luz verde del tribunal, Yatsenko dejará la cárcel para recibir tres meses de instrucción y será desplegado en el frente del este para combatir, en una de las nuevas unidades integradas exclusivamente por antiguos presos, con la 5ª Brigada Separada de Asalto de Ucrania.
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"Una oportunidad de limpiar el honor"
“Necesitamos más gente porque tenemos muertos cada día”, explica a EFE el responsable del reclutamiento de estos presos en la 5ª Brigada, Vladislav Shagán. “Ellos saben que estar en prisión es echar a perder la vida, y Ucrania les está dando la oportunidad de limpiar su honor”, dice, sobre un factor que a su juicio motiva a los reclusos convertidos en soldados.
A sus 29 años, y tras haber cumplido cinco de su pena por entrar a robar en una casa, Mikola Ribalka es uno de los 95 presidiarios cuya incorporación a la 5ª Brigada Separada de Asalto ya ha sido aprobada por la Justicia.
Al ser preguntado por EFE si no le conviene más cumplir el año de cárcel que le queda que ser liberado ya a cambio de ir a poner su vida en riesgo en el frente, Ribalka contesta con determinación que antes de que se aprobara la ley que permite a los presos ir al Ejército ya tenía pensado alistarse una vez hubiera cumplido su pena.
“No tendría ningún sentido esperar un año”, afirma el presidiario desde la cárcel, 24 horas antes de ser liberado para comenzar su instrucción.
“He cometido muchos errores en mi vida y esto me permite de alguna forma repararlos y que mi familia se sienta orgullosa de mí”, agrega sobre sus motivos.
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Cuatro mil quinientas solicitudes
Tras hablar personalmente con varios reclusos que quieren unirse al Ejército, el ministro de Justicia de Ucrania, Denís Maliuska, afirma que “la liberación anticipada es sólo uno de los factores que motivan” a los presos para dar este paso.
“Normalmente hay otras razones: sienten que quieren defender a su país, empezar a escribir una nueva página de su vida y cambiar su reputación, porque no es lo mismo reintegrarse a la sociedad como un preso liberado que como un soldado que viene del frente”, dice a EFE el ministro durante una visita a una cárcel.
Según datos facilitados por Maliuska, los tribunales han aprobado por el momento las solicitudes de más de setecientos presos que quieren servir en el frente.
Alrededor de más de 4 500 presidiarios han pedido acogerse a este mecanismo, del que están excluidos quienes hayan sido condenados por más de un asesinato, agresión sexual o corrupción política. El ministro estima en alrededor de 4 000 el número de solicitudes que acabarán siendo aprobadas por la Justicia.
(Con información de EFE)
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