Rafah, una ciudad ubicada en la frontera con Egipto, está amenazada por una posible ofensiva terrestre y cientos de miles de palestinos, la gran mayoría desplazados, viven hacinados allí.
Decenas de miles de civiles continúan huyendo este miércoles de la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, bombardeada por Israel y amenazada con una gran ofensiva terrestre, en el día en que los palestinos conmemoran la Nakba, la "Catástrofe" que supuso para ellos la creación del Estado de Israel en 1948.
Durante la Nakba, alrededor de 760 000 árabes palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares, según datos de la ONU, para refugiarse en los países vecinos o en lo que se convertiría en Cisjordania y la Franja de Gaza.
"Gaza no se arrodillará frente a tanques y armas" corearon el martes miles de palestinos que celebraban una marcha anual de conmemoración en las ruinas de los pueblos del norte de Israel, cuyos habitantes árabes fueron expulsados en 1948.
En la Franja de Gaza, asediada y asolada por la guerra entre Israel y Hamás, la población civil, desplazada varias veces desde el inicio del conflicto, vuelve a las carreteras tratando de encontrar refugio, aunque la ONU diga que "no hay lugar seguro en Gaza".
Periodistas de la AFP y varios testigos informaron de la continuación de ataques aéreos, bombardeos de artillería y combates durante la noche y la mañana en Rafah, Jabaliya (norte) y en el barrio de Zeitun, en Ciudad de Gaza.
Rafah, una ciudad ubicada en la frontera con Egipto, está amenazada por una posible ofensiva terrestre y cientos de miles de palestinos, la gran mayoría desplazados, viven hacinados allí.
El brazo armado de Hamás, las brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, confirmó enfrentamientos con las fuerzas israelíes en el campo de refugiados de Jabaliya. El ejército israelí también informó de combates "intensos" en la ciudad del mismo nombre y dijo haber matado a "un gran número de terroristas".
"Reapertura inmediata"
En el octavo mes de la guerra desatada el 7 de octubre por un ataque sin precedentes en suelo israelí del movimiento islamista palestino Hamás, 35 173 personas han muerto en la Franja de Gaza, en su mayoría civiles, según el ministerio de Salud de Hamás.
El ejército israelí entró en Rafah con tanques el 7 de mayo. Desde entonces, el paso fronterizo entre la Franja de Gaza y Egipto, crucial para los convoyes que transportan ayuda a una población amenazada de hambruna, ha permanecido cerrado.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el martes "la reapertura inmediata" del paso de Rafah y "la entrega sin trabas de ayuda humanitaria", y reiteró su llamado a un alto el fuego y a la liberación de todos los rehenes.
Desde que el ejército ordenó a los civiles abandonar los sectores del este de Rafah el 6 de mayo, casi 450 000 personas han sido desplazadas por la fuerza, dijo la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa).
Tras el atentado del 7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió destruir a Hamás, que tomó el poder en Gaza en 2007 y al que considera una organización terrorista, igual que Estados Unidos y la Unión Europea.
Para ello, está decidido a lanzar una gran operación en Rafah donde, según él, se encuentran atrincherados los últimos batallones de Hamás, una operación que preocupa a la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos, principal aliado de Israel, por sus consecuencias para la población civil. (AFP)
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