Hezbolá lanzó esta madrugada un ataque de cientos de cohetes contra Israel, cuyas fuerzas armadas, a su vez, bombardearon "preventivamente" las posiciones de dicho grupo armado en el Líbano. Esto es todo lo que se sabe de esta nueva escalada militar.
Esta madrugada, la milicia libanesa Hezbolá atacó territorio israelí con cientos de cohetes y drones, en represalia a la muerte de su máximo comandante, Fuad Shukr, ocurrido en un bombardeo de Israel, el pasado mes de julio, en los suburbios meridionales de Beirut.
A través de un comunicado, dicho grupo armado indicó que su ataque "ha sido completado y logrado por hoy" como parte de una primera fase de la ofensiva.
"Nuestra operación militar de hoy ha sido completada y lograda, alabado sea Dios Todopoderoso", indicó Hezbolá, al resaltar que sus drones de asalto cruzaron la divisoria "hacia los objetivos previstos" en Israel y "desde múltiples caminos".
La milicia describió que el ataque consistió en el lanzamiento de más de 320 cohetes Katyusha contra un total de 11 cuarteles y emplazamientos militares de Israel para "facilitar el paso de drones de ataque hacia sus objetivos previstos en las profundidades" del Estado judío.
Cabe resaltar que, tras la muerte de Shukr, Hezbolá prometió un ataque a gran escala contra Israel, el cual parece haberse concretado este domingo.
Por su parte, Israel respondió por la madrugada con un bombardeo "preventivo" a cargo de 100 aviones de combate de su fuerza aérea contra decenas de posiciones de Hezbolá en el sur de Líbano. Además, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, declaró hoy el estado de emergencia militar en el país.
¿Cómo llegó a este punto esta nueva escalada militar en Oriente Medio? Aquí te lo contamos.
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Varias décadas de tensiones militares
Vale señalar que, desde su fundación en la primera mitad de los años 80, Hezbolá se ha caracterizado por una ideología anti-israelí y anti-occidental. Actualmente, dicho grupo paramilitar chií, cuyo nombre podría traducirse como el Partido de Dios, tiene fuerte presencia política en Líbano, contando incluso con representación parlamentaria.
Las acciones militares entre Hezbolá e Israel también tienen larga data, remontándose a 1982 durante la ocupación israelí al sur del Líbano, la cual llegó a su fin en mayo del 2000 y fue reivindicado como una victoria por Hezbolá, aunque desde la frontera mantuvo sus hostilidades contra el Estado judío en reclamo de los territorios de las Granjas de Shebaa, las Colinas de Kfarshuba y la localidad libanesa de Gayar.
En julio de 2006, el Ejército israelí lanzó el mayor ataque, hasta ese momento, contra posiciones de Hezbolá en el sur del Líbano, en respuesta a la captura de dos de sus soldados. Ante ello, la milicia chií disparó una serie de cohetes Katyusha contra el norte de Israel, lo que produjo la muerte de ocho israelíes. Acto seguido, aviones israelíes bombardearon el aeropuerto de Beirut, Tiro y Nabatea. La escalada terminó en agosto de ese año con un alto al fuego decretado por intervención de la ONU.
No obstante, en 2009, Hassan Nasrallah, secretario general del partido de la milicia, reafirmó en un manifiesto político que Israel es su principal enemigo y que era necesario que Líbano mantenga una "estrategia defensiva" sostenida por una "resistencia popular".
Las hostilidades entre ambos iniciaron un nuevo capítulo con el bombardeo de Gaza por parte del ejército israelí en respuesta a los ataques de Hamás. En 2023, Hezbolá lanzó 62 proyectiles contra un centro de inteligencia en el norte de Israel como represalia por la muerte de cientos de civiles en la franja.
En enero de este año, Israel asesinó con un dron, en el sur del Líbano, al líder de Hizbula, Wissam al Taweel, jefe adjunto de la unidad de la fuerza Radwan, encargada de operaciones especiales del grupo, cuya principal misión es infiltrarse en el territorio de Israel. El 12 de marzo, Israel atacó el norte de Líbano y aseguró haber ultimado a 300 milicianos de Hezbolá.
El 30 de julio, Fuad Shukr -descrito por el Ejército israelí como la "mano derecha" de Hassan Nasrallah y como el "comandante militar de más alto rango de Hezbolá"- murió en un bombardeo israelí contra los suburbios meridionales de Beirut. Era de facto el jefe del Estado mayor del grupo chií. Las semanas siguientes, lo bombardeos israelíes continuaron al sur de Líbano, ante el anuncio de represalias por parte de Hezbolá por la muerte de su líder.
El último viernes, las fuerzas israelíes mataron a siete miembros de la milicia chií en diferentes puntos del sur del Líbano, al tiempo que bombardearon objetivos vinculados al movimiento armado en la vecina Siria, donde está presente como aliado del gobierno.
Finalmente, este domingo, Hezbolá atacó Israel, acción militar que ha sido elogiada por Hamás, por la Yihad Islámica Palestina, y por los rebeldes hutíes del Yemen. El primero, calificó como "respuesta poderosa" y como "una bofetada en la cara" de Israel el bombardeo de dicho grupo paramilitar libanés; el segundo, felicitó a Hizbolá por cumplir su promesa ya que "el enemigo sionista solo entiende el lenguaje de la fuerza y solo se deja disuadir por los golpes de la resistencia"; mientras que los terceros anunciaron la posibilidad de un ataque conjunto contra Israel, algo que ha hecho saltar todas las alarmas en Oriente Medio.
La respuesta de Israel
El bombardeo llevado a cabo esta madrugada por parte de Israel contra Líbano, tras identificar que Hezbolá preparaba un ataque extensivo contra su territorio, es el mayor desde el ocurrido en 2006, en el que murieron más de 1 000 libaneses.
Israel atacó preventivamente el sur de Líbano, con más de 100 aviones de combate, para frustrar un "ataque inminente" de Hezbolá, y destruyó miles de lanzaderas que apuntaban al norte y centro del país.
"Identificamos una amplia preparación de Hezbolá para disparar contra el frente interno israelí. Tras una exhaustiva identificación, la Fuerza Aérea israelí y el Comando Norte comenzaron a atacar de forma amplia y proactiva objetivos del grupo para eliminar las amenazas dirigidas a los ciudadanos de Israel", confirmó el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari.
Los bombardeos israelíes han causado, de momento, tres muertos -entre ellos, un miliciano del grupo chií Amal- en el sur de Líbano, donde Israel detectó alrededor de 210 cohetes y unos 20 drones explosivos lanzados por Hezbolá hacia el norte de Israel, donde impactaron algunos proyectiles causando daños leves, ya que la mayoría fueron interceptados.
Las autoridades israelíes creen que el grupo libanés tenía como objetivo la base de Gilot, cerca de la ciudad mediterránea de Herzliya, en el centro del país, donde se ubican varias unidades de inteligencia del Ejército y la sede del Mosad.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dirigió de madrugada la operación desde la base militar de Kirya, en Tel Aviv; junto con el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi; y el ministro de Defensa, Yoav Gallant. Este último declaró un "estado de emergencia militar" en el país y mantuvo comunicación con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin.
Tras el ataque, Netanyahu se reunió con el gabinete de seguridad y con el de gobierno para abordar los siguientes pasos y una posible escalada bélica en la frontera norte.
"A quien nos haga daño, le haremos daño", advirtió.
Aunque no se han producido incidentes graves en Israel, el comando del frente interior del Ejército elevó la alerta a la población en el norte de Israel, desde la altura de Tel Aviv, y también en los Altos del Golán ocupados, donde se han impuesto "restricciones parciales".
En general se ha pedido a la población que evite concentraciones, actividades de ocio y desplazamientos, y se mantenga cerca de refugios y búnkers. Por su parte, la ciudad de Haifa, la tercera mayor de Israel y el mayor núcleo de población en el norte del país, abrió los refugios municipales.
El Ayuntamiento de Tel Aviv también anunció que ha abierto 240 refugios y señaló que los aparcamientos subterráneos pueden usarse si es necesario, además de cancelar las actividades de ocio, las playas y las instituciones culturales, siguiendo las pautas del comando del frente interno.
Mientras tanto, se han acelerado los contactos para tratar de contener la situación y los llamados a la desescalada, entre otros, por parte de la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) y de la oficina de las Naciones Unidas en el país.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, confirmó también durante una reunión ministerial de emergencia que "está realizando una serie de llamadas con los amigos del Líbano para detener la escalada", de acuerdo con un comunicado gubernamental.
También reafirmó su apoyo a las negociaciones en marcha en El Cairo para alcanzar un alto el fuego en Gaza, vistas como la única salida también a la violencia en el Líbano, y como la clave para evitar el potencial conflicto que planea sobre Oriente Medio desde hace casi un mes.
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