Las autoridades israelíes prometen mantener su ofensiva contra el movimiento islamista Hamás. Casi 21 mil personas han sido reportadas como muertas en la Franja de Gaza desde el inicio del conflicto.
El jefe del ejército israelí advirtió que la guerra contra Hamás tardará "muchos meses más", en momentos que Israel intensifica los bombardeos en la Franja de Gaza, donde más de 20 900 personas han sido reportadas como muertas.
La preocupación sobre el agravamiento de la crisis humanitaria aumentó los llamados a un fin de las hostilidades, mientras los incidentes ligados a grupos respaldados por Irán, que actúan en solidaridad con Hamás, desataron temores de una conflagración regional.
Estados Unidos reportó el martes el derribo de varios drones y misiles en el mar Rojo, lanzados por rebeldes hutíes de Yemen. Pero las autoridades israelíes prometen mantener su ofensiva contra el movimiento islamista Hamás.
El jefe del ejército, Herzi Halevi, afirmó en la noche del martes que "los objetivos de esta guerra son esenciales y no fáciles de alcanzar". "Por lo tanto, la guerra continuará por muchos meses más", agregó.
La guerra más sangrienta que ha vivido Gaza estalló cuando combatientes de Hamás irrumpieron el 7 de octubre en Israel, donde mataron a 1 140 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes. Entre los muertos hay más de 300 militares.
En el ataque, Hamás tomó unos 250 rehenes, de los cuales 129 permanecen en Gaza, según Israel.
Israel respondió con un implacable bombardeo e invasión terrestre, una campaña que ha dejado al menos 20 915 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según el ministerio de Salud de Gaza, controlada por Hamás.
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Buscar agua
Con el asedio israelí, los 2,4 millones de habitantes de Gaza han enfrentado carencias de agua, comida, combustible y medicamentos, con escasa ayuda que ingresa al territorio.
Cerca de 1,9 millones de sus habitantes han sido desplazadas, según la ONU.
En la ciudad sureña de Rafah, donde se refugian muchos palestinos, cientos de personas llegaron el martes con baldes o botellas en carretas a la compañía de agua Abdul Salam Yassin, donde hacen fila para recibir agua potable.
"Esta era la carreta de mi padre", contó Amir al Zahhar, residente de Rafah. "Fue martirizado durante la guerra. La usaba para transportar y vender pescado, ahora la usamos para transportar agua", agregó.
Una mujer aprovechó el sol del martes para lavar ropa a mano, y contó a AFP que "he implorado a la gente por agua. No tengo absolutamente nada, he tomado todo prestado de otros, incluso las frazadas". (AFP)
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