Monick Tello, peruana que vive en Suecia, contó en RPP su experiencia durante la Navidad en el orfanato 'Verbo Encarnado', donde hay 37 niños palestinos, en medio del conflicto israelí-palestino.
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Monick Tello, peruana que vive en Suecia (Estocolmo), contó en RPP cómo es el panorama en lugares santos cercanos a la Franja de Gaza, donde se registran bombardeos y ataques, en medio del conflicto israelí-palestino, durante la época de fiestas navideñas.
En Ampliación de Noticias, Monick Tello contó que tuvo la oportunidad de compartir con las hermanas del orfanato “Verbo Encarnado”, donde fue voluntaria. En ese lugar hay 37 niños palestinos, quienes en su mayoría tienen una enfermedad neurológica y sus familias no puede ayudarlos. Ella alimentó, cuidó y jugó con los pequeños, de quienes tiene buenos recuerdos.
Monick Tello, quien ha creado una asociación humanitaria llamada “Horizonte”, contó que en Belén no hay movimiento turístico debido al conflicto israelí-palestino, por lo que sus habitantes se han visto afectados económicamente. Además, resaltó que los residentes son muy amables.
“Belén está lejos territorialmente de Gaza, pero no hay movimiento. Belén vive del turismo, como muchos otros lugares. Una semana de Navidad en la que no habido turistas, los hoteles, los restaurantes, tiendas cerradas y económicamente es un golpe muy fuerte, Dos o tres meses en que la gente no puede trabajar, no hay sueldo”, indicó nuestra compatriota a RPP.
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Una guerra muy cruel
Monick Tello sostuvo que se quedó impresionada con los bombardeos en la zona de conflicto. Asimismo, dijo que se trata de una "guerra con rostro" porque llegó a conocer a muchas de las personas que han sido afectadas.
“Hay personas que conozco, con las que interactúe, que me llevaron, me acogieron, son unos perfectos anfitriones. Por contarte una anécdota, el lugar donde me alojaba con mis amigas era una casa de voluntarios, y teníamos que subir una colina hasta el orfanato, unos 500 metros. Cada mañana nos regalaban limones, pepinos o panes, porque la gente sabía que íbamos a colaborar con sus niños. Entonces te sientes acogida, ves que la gente es muy cálida”, indicó.
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