El portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al Qudra, afirmó que el ataque destruyó "un bloque de viviendas" y que el "balance [de víctimas] podría aumentar", dado el gran número de familias que residen en el lugar.
Las operaciones militares israelíes contra Hamás se intensificaron el domingo en la Franja de Gaza, en una espiral de violencia en ese territorio palestino que ensombreció la Nochebuena en Belén, situada en Cisjordania ocupada.
El Ministerio de Salud de Hamás, en el poder en Gaza, indicó que al menos 70 personas murieron por un bombardeo israelí que golpeó el campo de refugiados de Al Maghazi (centro).
Su portavoz, Ashraf al Qudra, declaró que el "balance [de víctimas] podría aumentar", dado el gran número de familias que residen en el lugar.
La AFP no pudo verificar independientemente lo acontecido y el ejército israelí declaró que estaba realizando "verificaciones" al respecto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que su país está "pagando un alto precio por la guerra, pero no hay más opción que seguir luchando", en referencia a los 154 soldados que han muerto desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre.
El general israelí Eliezer Toledano indicó a la prensa que el ejército controla "casi por completo" el norte de la Franja de Gaza, un enclave de 362 km2 y cerca de 2,4 millones de habitantes.
El conflicto se desencadenó el 7 de octubre tras una incursión de milicianos islamistas que mataron a unas 1.140 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos israelíes. Los comandos también secuestraron a unas 240 personas, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una ofensiva terrestre y aérea contra el territorio palestino gobernado por Hamás desde 2007.
Según Hamás, considerado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, la ofensiva israelí ya se cobró la vida de 20.424 personas, en su mayoría mujeres y niños. Ese balance es anterior al bombardeo señalado en el campo de refugiados de Al Maghazi.
"¿Cómo puedo festejar?"
A unas horas de Nochebuena, la tristeza predominaba en Belén, la ciudad donde nació Jesús según la tradición cristiana, situada en Cisjordania, una región ocupada por Israel desde 1967.
"Nuestro corazón esta noche está en Belén, donde el Príncipe de la Paz sigue siendo rechazado por la lógica perdedora de la guerra", declaró el papa Francisco en la misa de Nochebuena en el Vaticano, sin referirse explícitamente a Israel ni a Gaza.
Los cristianos palestinos -unos 50.000, de los cuales cerca de mil viven en Gaza- tienen la atención puesta en la guerra y la alcaldía de Belén canceló gran parte de las celebraciones.
"¿Cómo puedo festejar mientras mi país está herido? ¿Cómo puedo festejar mientras mi ciudad está destruida, mi familia desplazada y mis hermanos y hermanas en luto?", declaró la religiosa Nabila Salah, de la iglesia Católica de Gaza.
El Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, afirmó al llegar a Belén que "el mensaje de Navidad no es la violencia, sino la paz".
"¿Dónde está la victoria?"
La situación humanitaria en la Franja de Gaza, asediada completamente por Israel desde el 9 de octubre, es catastrófica. Cerca del 80% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazado por los combates, según la ONU.
La organización también advierte que la mayoría de los hospitales están fuera de servicio y la población enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria.
"La destrucción del sistema sanitario de Gaza es una tragedia", deploró el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El Consejo de Seguridad aprobó el viernes una resolución que pide a Israel autorizar el envío "inmediato, seguro y sin obstáculos" de ayuda vital a Gaza "a gran escala". Pero el voto de la máxima instancia de la ONU no se ha reflejado hasta el momento en ningún un aumento significativo de las entregas.
El ejército jordano anunció el domingo que su fuerza aérea lanzó ayuda a unos 800 refugiados en la iglesia de San Porfirio, en el norte de Gaza.
Los mediadores egipcios y cataríes tratan de negociar una nueva tregua, después de que un acuerdo a finales de noviembre permitiese el cese de los combates durante una semana y la liberación de 105 rehenes retenidos en Gaza a cambio de la 240 palestinos presos en Israel.
Según una fuente de la Yihad Islámica, el líder de este grupo palestino aliado de Hamás llegó a El Cairo con una delegación para conversar sobre la detención de "la agresión sionista" y el "canje de presos".
¿Actos de tortura?
En el norte de Gaza, el ejército israelí anunció que descubrió "un depósito de armas" cerca de infraestructuras civiles que contenía entre otros "cinturones explosivos adaptados para niños".
Como parte de sus operaciones, dijo que estaba deteniendo a "individuos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas".
Varios palestinos detenidos y luego liberados denunciaron haber sufrido torturas, unas acusaciones que las fuerzas armadas israelíes negaron.
"No teníamos nada para beber ni comer. Tampoco nos permitían ir al baño. Solo golpes y golpes", contó Nayef Ali, de 22 años.
La tensión en la frontera entre Israel y Líbano se incrementó con el conflicto en Gaza, con cruces de disparos a diario entre el ejército israelí y el Hezbolá libanés, aliado de Hamás.
El ejército israelí señaló el domingo "disparos procedentes de Líbano" contra Avivim, un pueblo agrícola en la frontera, y Margaliot, e indicó que tomó medidas de represalia "en dirección a los puntos de origen" de esos ataques.
(AFP)
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