"Como medida de precaución, patrullamos con nuestras armas tradicionales", explica Lucinho Kanamari, jefe de los voluntarios del Javarí. "Cuando vemos intrusos, uno de nosotros va y habla con ellos. Los demás se quedan atrás con cautela, listos para reaccionar si algo va mal", añade.Fuente:
AFP