El ascenso de Stanley en Estados Unidos es un fascinante ejemplo de cómo la percepción de un producto puede transformarse radicalmente en la era de las redes sociales y la cultura de la influencia.
En el cambiante panorama de las tendencias y la cultura popular en Estados Unidos, Terence Reilly, presidente global de Stanley, ha demostrado una habilidad extraordinaria para transformar productos aparentemente ordinarios en íconos de moda y deseabilidad. Desde su llegada en 2020 a esta compañía especializada en termos y equipamiento para acampada, Reilly ha aplicado su experiencia previa en Crocs para conquistar nuevos mercados y audiencias.
Con Crocs, Reilly forjó alianzas con celebridades como Post Malone, Bad Bunny y Justin Bieber, convirtiendo los zuecos de goma en un fenómeno de moda. Su enfoque en la autenticidad y la conexión con influyentes ayudó a catapultar la marca a la cima del deseo del consumidor, demostrando el poder de las redes sociales en la construcción de marcas.
Al llegar a Stanley, Reilly se propuso ampliar la base de consumidores, especialmente entre las mujeres, un público que la compañía había pasado por alto durante décadas. Introdujo una nueva paleta de colores y posicionó los productos como accesorios de moda, logrando reseñas entusiastas en blogs de compras y el respaldo de celebridades como Carrie Underwood.
La joya de la corona de esta estrategia es la Stanley Quencher, una jarra termo que se ha convertido en un símbolo de estatus y tendencia en Estados Unidos. Con ventas que se han disparado un 300% en dos años y una lista de espera en línea de 150.000 personas, la Quencher es la personificación del éxito viral y del cambio de percepción de una marca centenaria.
Pero el ascenso de la Quencher va más allá de la moda y la tendencia. La sensibilidad de la marca hacia sus seguidores se ilustra en casos como el de una tiktoker cuyo coche se incendió, pero la jarra resistió. Stanley no solo le regaló una jarra nueva, sino también un coche, un gesto que ha sido la comidilla de las redes sociales.
Para Reilly, las ediciones limitadas y el enfoque en la escasez han sido elementos clave en el éxito de la Quencher. Estas estrategias no solo generan deseo y demanda, sino que también evitan el exceso de inventario y transforman productos cotidianos en objetos de deseo y estatus en la cultura estadounidense contemporánea.
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