Las penas de muerte suspendidas en China permiten que el sentenciado cambie a una condena de cadena perpetua si demuestra buen comportramiento en un determinado plazo. A Tong Daochi, ex alto cuadro comunista, se le ha dado dos años de gracia.
Tong Daochi, exjefe del Partido Comunista de China (PCCh) en la provincia insular de Hainan fue condenado este jueves a una pena de muerte suspendida durante dos años por aceptar sobornos, recoge el medio oficial Global Times.
Las penas de muerte suspendidas son relativamente comunes en China en casos de corrupción y significan que, si el reo no comete otros delitos y tiene buen comportamiento durante el período en el que está vigente la suspensión, puede ver su pena conmutada a cadena perpetua.
Según el diario, el PCCh confiscará todas las propiedades de Tong, que además recibirá una multa de 4 millones de yuanes (599.619 dólares, 560.880 euros).
Tong, nacido en la provincia de Hunan en 1967, estudió en Pekín y en Canadá antes de trasladarse a Washington, donde trabajó en el Banco Mundial.
Tras su regreso a China en 2010, entró a trabajar como funcionario en la Comisión Reguladora de Banca y Seguros de China, donde permaneció 8 años hasta ser nombrado ministro asistente en la cartera de Comercio.
En noviembre de 2016 fue transferido a la provincia central de Hubei, donde fue vicegobernador, antes de ser trasladado a la meridional de Hainan como secretario provincial del PCCh.
Investigado por corrupción
Cuatro años después, las agencias anticorrupción del PCCh comenzaron a investigarle por "graves violaciones de las leyes y las regulaciones" hasta que en 2021 fue expulsado de la organización y posteriormente arrestado por aceptar sobornos.
Tras su llegada al poder en 2012, el actual secretario general del PCCh y presidente de China, Xi Jinping, comenzó una campaña anticorrupción en la que varios altos cargos chinos han sido condenados por aceptar sobornos millonarios.
Si bien esta campaña, uno de los programas estrella de Xi, ha destapado importantes casos de corrupción en el seno del PCCh, algunos críticos han apuntado a que también podría estar siendo utilizada para acabar con la carrera política de algunos de sus rivales.
El próximo otoño tendrá lugar en Pekín el XX Congreso del Partido Comunista, en el que Xi podría comenzar un tercer mandato inédito entre sus predecesores de las últimas décadas. (EFE)
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