En 2021, el régimen norcoreano mantuvo activas "medidas extremas e innecesarias con el pretexto de protegerse contra la propagación de la COVID-19", indicó Human Rights Watch.
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Corea del Norte "sigue siendo uno de los países más represores del mundo" y el régimen ha respondido a la actual pandemia de la COVID-19 con "más aislamiento y represión", según el informe anual de derechos humanos de Human Rights Watch (HRW) publicado hoy.
En 2021 el Gobierno norcoreano mantuvo activas "medidas extremas e innecesarias" que ya había activado en 2020 "con el pretexto de protegerse contra la propagación de la COVID-19", pese a no haber reportado oficialmente aún a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un solo caso.
Entre esas medidas se cuentan el cierre total de fronteras, una restricción aún mayor de los desplazamientos dentro del territorio nacional y limitaciones en "la distribución de alimentos y otros productos", añade el informe de la ONG, que hace un repaso de la situación global de los derechos humanos el año pasado.
En ese sentido, el texto recuerda que el propio líder Kim Jong-un destacó en 2021 las penurias económicas que padece el país, cercado además por las sanciones internacionales, y que desde agosto de 2020 los guardias tienen orden de disparar a todo el que se aproxime a uno u otro lado de las líneas fronterizas como medida para prevenir la COVID-19.
A estas acciones se suman las denuncias que desde hace años realizan HRW y otras organizaciones sobre la situación de los derechos de los norcoreanos, a los que el régimen subyuga "mediante amenazas de ejecución, encarcelamiento, desapariciones forzosas y trabajos forzados en centros de detención y campos de prisioneros".
Más denuncias contra el régimen
El informe subraya que el régimen de Kim Jong-un "no tolera el pluralismo, prohíbe los medios independientes, las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos, y niega sistemáticamente todas las libertades básicas, incluidas las de expresión, reunión, asociación y religiosa".
El texto publicado este jueves recuerda que las autoridades envían rutinariamente a los opositores a "los campos de prisioneros políticos secretos", los llamados ‘kwanliso’, situados en regiones remotas donde les esperan torturas de los guardias, comida insuficiente y trabajos forzosos.
También señala que el régimen obliga a sus ciudadanos mediante "trabajo forzoso y no remunerado" a "construir infraestructuras y llevar a cabo otras campañas y proyectos de obras públicas" y que no protege a muchos grupos en situación de riesgo, "incluyendo mujeres, niños y discapacitados".
En este terreno, HRW recuerda, basándose en la extensa investigación que ha hecho al respecto, que mujeres y niñas en Corea del Norte sufren abusos sexuales y de género de manera sistemática.
"Mientras tanto, el Gobierno siguió dando prioridad al desarrollo de armas, llevando a cabo pruebas de misiles en marzo, septiembre y octubre" de 2021, indica el texto. (EFE)
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