Los rebeldes fabrican sus armas con la ayuda de internet y los videos de YouTube, un precario sistema casero que les permite resistir en algunas regiones.
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Las milicias opuestas al régimen militar de Birmania fabrican sus propias armas con escasos medios y con la ayuda de internet y los videos de YouTube, un precario sistema casero que les permite resistir en algunas regiones.
Cerca de dos años después del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, Birmania sigue sufriendo un sangriento conflicto civil.
Decenas de grupos de las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF) han tomado las armas contra el ejército birmano, en enfrentamientos que han dejado entre 2 400 y 4 000 muertos.
En agosto, la ONU constató que existían pruebas de crímenes contra la humanidad en Birmania.
Ante los aviones de combate de fabricación rusa o china de la junta en el poder, o sus fusiles israelíes, los rebeldes recurren a métodos imaginativos y caseros para poder defenderse.
Lo hacen también con armas capturadas al enemigo o compradas en el mercado negro, según expertos, aunque muchos de ellos deben fabricar sus propias armas.
En la región de Sagaing (noroeste), escenario de violencias que provocaron el desplazamiento de medio millón de personas según la ONU, no es inusual ver a las milicias exhibiendo con orgullo sus armas en las redes sociales.
"Hemos aprendido cómo fabricar nuestras armas en internet o en YouTube", explica Nay Min, uno de los miembros de una milicia basada en Pale, en la región de Sagaing.
"Peligroso"
Los obuses caseros del grupo de Nay Min, hechos a partir de plomo y chatarra, y lanzados desde precarios morteros, tienen un alcance máximo de dos kilómetros, asegura.
Una mala manipulación puede provocar accidentes, y a veces la muerte.
"Es más que peligroso. Para la pólvora del cañón, si ponemos demasiado salitre, es peligroso. Si no ponemos suficiente, es también peligroso", asegura Bo Shaung, combatiente contra la junta militar, basado en la región de Sagaing.
En un video consultado por la AFP, la explosión accidental de un obús mató al soldado que acababa de cargarlo en un nuevo mortero, que también se estaba probando.
Otro rebelde fue víctima de un accidente similar en mayo, cuando el explosivo que ensayaba tuvo una reacción demasiado rápida. "Tuve quemaduras en las manos y pies, que ahora se han curado, pero tengo la visión afectada", asegura este combatiente, Thu Ya.
Además, al ser elevado el riesgo, el resultado no siempre lo justifica.
La eficacia de estos explosivos caseros es muy relativa, y constituye una de las debilidades de las PDF, según los expertos.
El grupo rebelde de Nay Min necesita hasta diez días para preparar las municiones necesarias para llevar a cabo un ataque contra la junta.
Los rebeldes se basan en informaciones de la población local para detectar a los militares, y luego con Google Maps calculan la distancia y el buen ángulo para disparar desde los morteros, explica Nay Min, quien asegura que los disparos son precisos. (AFP)
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