La medida contra de decenas de miles de migrantes de Birmania se produce cuando los militares buscan nuevas vías de ingresos tras la caída de la economía, a raíz del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021.
La junta militar de Birmania (Myanmar) ha impuesto una nueva normativa por la cual los oriundos del país que trabajen en el extranjero deben enviar de vuelta al menos el 25 % de su sueldo en divisa foránea a través del sistema bancario nacional.
La medida, efectiva desde el 1 de septiembre y que se produce cuando los militares buscan nuevas vías de ingresos tras la caída de la economía birmana a raíz del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, ha sido comunicada a través de una notificación del Ministerio de Trabajo a las agencias de empleo doméstico y extranjero.
Según recogen medios locales y de acuerdo con un comunicado de CB Bank, uno de los mayores bancos privados del país -vinculado a los militares-, los trabajadores migrantes deben enviar al menos la cuarta parte de su sueldo una vez al mes o cada tres meses a través de esa entidad y otras reguladas por el banco central de Birmania.
El incumplimiento de la normativa está castigado con la prohibición de no poder volver a trabajar en el exterior durante tres años a partir de que expire el permiso de empleo actual, según el anuncio.
La medida ha sido criticada por los defensores de los derechos laborales, pues "explota las nóminas de los trabajadores debido a las necesidades financieras del régimen militar", dijo hoy a EFE U Aung Kyaw, portavoz de la Fundación de los Derechos Laborales.
"Ahora los trabajadores están preocupados en que, si envían dinero, estarán forzados a hacerlo a través de unas tasas de cambio más bajas (las oficiales en Birmania) que las del mercado", añade.
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A cambio, la junta ofrece incentivos fiscales por las remesas, como exenciones en las inversiones y adquisiciones de propiedad en Birmania.
Decenes de miles de birmanos en exterior
Según la Federación para Servicios de Empleos en el Exterior, hay más de 400 000 birmanos trabajando legalmente en la vecina Tailandia, y estima que haya decenas de miles en situación regular e irregular en Corea del Sur y Malasia, los tres países principales a los que birmanos van a trabajar en virtud de memorandos de entendimiento.
Birmania, que como el resto de países sufrió el duro golpe de la pandemia de la COVID-19, se encuentra en una profunda crisis política, social y económica a raíz del golpe de Estado militar, que acabó con el Gobierno electo de Aung San Suu Kyi y ha desembocado en un conflicto armado interno.
La economía de Birmania se "estabilizó" durante el primer semestre de 2023 y el Banco Mundial prevé un crecimiento del 3 % este año, aunque se trata de una subida desigual y los más pobres se ven gravemente afectados por las crisis.
El país, uno de los más depauperados del Sudeste Asiático, todavía se encuentra con alrededor de un 10 % menos que el producto interior bruto de 2019.
(Con información de EFE)
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