Sudán: fuego cruzado entre el Ejército y grupo paramilitar genera miedo y angustia en la población

Nuevo enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) se produjeron en horas de la mañana del sábado. | Fuente: AFP

Hasta el momento, los enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), han dejado más de 50 civiles muertos y cerca de 600 heridos en todo Sudán

Zainab, una madre sudanesa con cuatro hijos, lleva más de treinta horas sin dormir por el sonido de las explosiones y de los disparos que retumban en su barrio desde la mañana del sábado, cuando comenzaron los enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Su vida y la de sus hijos son su mayor prioridad, y eso le impide tumbarse a descansar. El miedo a que un proyectil caiga "encima de la cabeza" de uno de sus niños puede con ella.

"Desde el inicio de los combates no he podido dormir", dice a EFE Zeinab, visiblemente agotada y "harta" de que los militares de su país no den un respiro a la población, que malvive desde hace décadas debido a los conflictos y disturbios que azotan a Sudán periódicamente, sin descanso.

EN EL FUEGO CRUZADO

Esta ama de casa vive sola con sus cuatro hijos en el barrio de Al Azhari, en el sur de Jartum. Su casa está peligrosamente cerca de la base militar de Soba, donde se produjeron los primeros combates entre las Fuerzas Armadas y las FAR, y que fue bombardeada por la aviación.

Hasta el momento, ella y sus hijos han resultado ilesos. Pero no todos los residentes de Al Azhari han corrido la misma suerte.

El vecino de Zeinab perdió a su hija, una estudiante de secundaria, cuando un proyectil penetró la pared de su habitación durante los combates del sábado. Su padre corrió tanto como pudo para llegar al hospital lo más rápido posible, pero era demasiado tarde.

Al temor y al insomnio se añade el corte de todos los servicios básicos en las viviendas del arrabal, que los bombardeos han dejado sin electricidad ni agua potable. Sus habitantes ni siquiera son capaces de comunicarse con sus familiares dentro de la misma ciudad porque la batería de sus teléfonos se ha agotado y salir a la calle es demasiado arriesgado.

Asimismo, las altas temperaturas en Jartum -que este domingo alcanzan los 39 grados centígrados- han acabado de transformar la capital en un infierno.

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El sábado inició con el sonido de las explosiones y de los disparos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). | Fuente: AFP

UNA GUERRA EN AYUNAS

El estallido de los combates han tenido lugar, además, en los últimos días del mes sagrado de ramadán, cuando los musulmanes tienen prohibido beber y comer durante las horas diurnas. E ir a por algo de agua o bebida cuando cae el sol es cada vez una opción menos factible.

Pero el hijo mayor de Zeinab, de 22 años, se aventuró a ir en busca de agua a un lugar remoto para romper el ayuno, puesto que los motores del agua han dejado de funcionar por los cortes eléctricos, una travesía que vivió con el miedo de no poder regresar a casa.

"La gente está harta de sufrimiento y de penurias, de las pésimas condiciones de vida. Los precios son muy altos, no hay seguridad y ningún gobierno se preocupa por la gente", solloza Zeinab, desesperada.

 

"La gente está harta de sufrimiento y de penurias, de las pésimas condiciones de vida", señaló una madre sudanesa. | Fuente: AFP

MUERTE Y DESTRUCCIÓN

Desde la zona de Karari, en la ciudad vecina de la capital de Omdurman, Abd al Azim cuenta a EFE que presenció "horrores", puesto que su casa también se encuentra muy cerca de una de las bases de las FAR.

Asegura que no tuvo acceso a comida durante el sábado, hasta que las Fuerzas Armadas bombardearon la base de Karari de las FAR y los residentes del barrio pudieron salir en busca de víveres esta mañana.

Él y su familia tenían poco tiempo para pensar qué hacer, pero finalmente decidieron abandonar su apartamento en el tercer piso y trasladarse a un inmueble a pie de calle, donde es menos probable que caiga un proyectil y es más fácil resguardarse de las balas, asegura.

Desde su ventana, ha visto en las últimas horas un teatro de horrores. Ríos de sangre, gritos y "decenas de muertos" del Ejército y de los paramilitares, unas escenas que califica de "inquietantes".

Pero también ha visto la muerte de dos de sus vecinos. Uno de ellos era un estudiante universitario. La otra víctima, una niña de tan solo diez años que fue alcanzada por una bala perdida.

Al igual que el resto de los sudaneses, Abd al Azim tacha de "irresponsables" a los bandos enfrentados, que "están poniendo en peligro la vida de los ciudadanos" para librar una "guerra absurda".

Hasta el momento, los enfrentamientos han dejado más de 50 civiles muertos y cerca de 600 heridos en todo el país, pero el personal médico sobre el terreno estima que el número de víctimas podría ser mucho mayor debido a la imposibilidad de los equipos de emergencia de acceder a ciertas zonas.

(EFE)

La población tacha de "irresponsables" a los bandos enfrentados porque "están poniendo en peligro la vida de los ciudadanos" para librar una "guerra absurda". | Fuente: AFP


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