Moscú señaló que el bombardeo "con cuatro misiles" tuvo lugar en la localidad de Makíivka, ocupada por Rusia en la región oriental de Donetsk, y que golpeó "un centro de despliegue temporal" de su ejército.
El Ministerio de Defensa de Rusia reconoció la muerte de 63 militares rusos a consecuencia del impacto de un misil ucraniano contra un cuartel del Ejército ruso ubicado en la localidad de Makíivka de la región ucraniana de Donetsk, anexionada por Moscú en septiembre pasado.
“El régimen de Kiev atacó con seis misiles HIMARS producidos en Estados Unidos un cuartel temporal de una de las unidades de militares rusos en la localidad de Makíivka”, declaró el portavoz del mando ruso, Igor Konashénkov, quien afirmó que la defensa antiaérea rusa derribó dos de los seis proyectiles.
Según Defensa, “a consecuencia del impacto de cuatro misiles (…) murieron 63 militares rusos”.
“Los familiares y allegados de los militares fallecidos recibirán toda la ayuda y el apoyo necesarios”, añadió el mando ruso.
El mando ucraniano, por su parte, informó sobre este ataque en su cuenta de Facebook, al señalar que “Papá Noel empacó 400 cadáveres de cerdos rusos”, además de más de 300 heridos.
Bombardeos en Año Nuevo
Ucrania también sufrió una oleada de bombardeos rusos el fin de semana de Año Nuevo, que dejaron al menos cinco muertos.
Los ataques continuaron este lunes en Kiev, la capital, azotada por drones de fabricación iraní. El alcalde, Vitali Klitschko, informó de una explosión en el distrito de Desnyanski, donde "un hombre de 19 años fue hospitalizado", agregó.
Las autoridades informaron posteriormente que el joven fue herido por la caída de escombros.
El operador de energía Ukrenergo informó que la situación del suministro eléctrico en Kiev era ahora "más complicada" e indicó que iba a haber "cortes de energía".
Los ataques rusos de Año Nuevo golpearon áreas céntricas de ciudades grandes, indicó Mijailo Podoliak, asesor del presidente Volodímir Zelenski, quien lo calificó como un cambio en la estrategia de Moscú. "Rusia ya no tiene objetivos militares y trata de matar a todos los civiles posibles y destruir instalaciones civiles", tuiteó. "Es una guerra para matar".
El sábado 31 de diciembre, la artillería rusa golpeó una localidad en las afueras de Jersón, donde un niño de 13 años, resultó herido.
Posteriormente, las fuerzas rusas atacaron el hospital donde el menor estaba en cuidados intensivos. "¿Qué tiene que ver el niño de 13 años con estos inhumanos que lo intentaron matar dos veces?", cuestionó el gobernador Yaroslav Yanushevych en la aplicación Telegram.
El ataque ruso dañó el hospital de Jersón y dejó a esa ciudad y sus alrededores sin electricidad.
En noviembre, las fuerzas rusas se retiraron de Jersón, la única capital regional que llegaron a controlar, pero la siguieron bombardeando.
Las autoridades ucranianas reportaron que en los ataques que dejaron cinco muertos en varias regiones hubo decenas de heridos.
(Con información de EFE/AFP)
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