El presidente de Rusia condenó hoy a una OTAN anclada "en la Guerra Fría" y aseguró que "nada ha cambiado" en lo que respecta a los planes militares rusos en Ucrania después de que el jefe aliado, Jens Stoltenberg, le instara a "poner fin inmediatamente" a la guerra.
El presidente ruso Vladimir Putin negó este jueves toda responsabilidad de Rusia con el riesgo de la crisis alimentaria mundial, al recibir a su homólogo indonesio Joko Widodo, cuyo país asume la presidencia rotativa del G20.
"No pusimos ninguna restricción para la exportación de abonos, ni la de los productos alimentarios", dijo Putin al recibir a Widodo en el Kremlin un día después de una visita del presidente indonesio a Ucrania.
Putin responsabilizó a las sanciones occidentales impuestas a Rusia que, teniendo como objetivo especialmente a los propietarios de empresas productoras de abonos, hacen "difícil" el suministro de algunos productos a nivel internacional.
Rusia "no pone trabas tampoco a la exportación de trigo ucraniano", aseguró Putin, y agregó que Rusia está "en contacto permanente" con el organismo de la ONU encargado de este asunto.
Crítica a la OTAN
Además, el presidente de Rusia condenó hoy a una OTAN anclada "en la Guerra Fría" y aseguró que "nada ha cambiado" en lo que respecta a los planes militares rusos en Ucrania después de que el jefe aliado, Jens Stoltenberg, le instara a "poner fin inmediatamente" a la guerra.
"La OTAN es un rudimento de una época ya pasada, de la Guerra Fría. Al respecto, siempre nos decían que había cambiado, que ahora es más una unión política, pero todos buscaban motivos y posibilidades para impulsarla como organización militar", aseguró Putin a la prensa rusa durante su visita a Turkmenistán.
Putin, que respondió así al aluvión de críticas que recibió en la cumbre aliada en Madrid, proclamó que el mundo unipolar que promueve Occidente es un anacronismo y un peligro para el sistema internacional, por lo que el Kremlin apuesta por cooperar con la ONU, el G20 y el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Eso sí, se mostró dispuesto a dialogar con Occidente sobre control de armamento y no proliferación de armas de destrucción masiva, o la estabilidad de los mercados energéticos y de alimentos.
El objetivo sigue siendo el mismo: Ucrania
En cuanto al llamamiento aliado a que Putin ordene la retirada de las tropas rusas del territorio de Ucrania, "una nación democrática y soberana", el líder ruso respondió que "nada ha cambiado".
"No tengo nada que añadir. El objetivo final ha sido anunciado, la liberación del Donbás, la defensa de esa gente y la creación de las condiciones que garanticen la seguridad de la propia Rusia. Eso es todo", explicó.
En cuanto a los plazos, Putin consideró "incorrecto" hablar de ello y recordó que todo depende de "la intensidad" de los combates, cuando el Kremlin piensa "antes que nada" en reducir las bajas en las filas del Ejército ruso.
"Yo, por supuesto, soy el comandante supremo, pero de todas formas no terminé la Academia del Estado Mayor General", señaló.
Putin consideró que las potencias occidentales no buscan defender a los ucranianos, sino satisfacer sus propios intereses, "confirmar su papel en el mundo, revalidar no su liderazgo, sino su hegemonía y, literalmente, sus ambiciones imperialistas".
Por ello, si Moscú no hubiera tomado cartas en el asunto ante los planes occidentales de convertir a Ucrania en una "cabeza de playa" en una "Antirrusia", su país hubiera tenido que vivir siempre "con esa espada de Damocles".
(Con información de AFP y EFE)
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