Esta revelación la hizo en el libro-entrevista 'El Sucesor', en el que cuenta por primera vez los diez años de convivencia con Benedicto XVI.
El papa Francisco reveló que en el cónclave de 2005 hubo "maniobras" entre los cardenales y lo intentaron usar porque no querían elegir a un sumo pontífice extranjero, pero él favoreció la elección del alemán Joseph Ratzinger.
Esta revelación la hizo en el libro-entrevista 'El Sucesor' en el que cuenta por primera vez los diez años de convivencia con Benedicto XVI.
"Sucedió que yo llegué a tener 40 de los 115 votos en la Capilla Sixtina. Eran suficientes para frenar la candidatura del cardenal Joseph Ratzinger, porque, si me hubieran seguido votando, él no habría podido alcanzar los dos tercios necesarios para ser elegido papa", dijo el papa Francisco.
El capítulo del libro, escrito por el periodista español Javier Martínez Brocal, dedicado al cónclave de 2005, fue publicado este domingo por el diario ABC. En esta parte, el papa Francisco cuenta las estratagemas entre los purpurados encerrados en la Capilla Síxtina.
"La maniobra consistía en poner mi nombre, bloquear la elección de Ratzinger y después negociar un tercer candidato diferente. Me contaron, más tarde, que no querían a un papa 'extranjero'. Fue una maniobra en toda regla. La idea era bloquear la elección del cardenal Joseph Ratzinger. Me usaban a mí, pero detrás ya estaban pensando en proponer a otro cardenal", agregó.
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Cónclave de 2005
"El cónclave empezó el lunes 18 de abril de 2005. La primera votación fue por la tarde. Aquella operación fue en la segunda o tercera votación, el martes 19 por la mañana. Cuando me di cuenta por la tarde, le dije a un cardenal latinoamericano, el colombiano Darío Castrillón: 'No embromen con mi candidatura, porque ahora mismo voy a decir que no voy a aceptar, ¿eh? Dejame ahí'. Y ahí ya salió elegido Benedicto", contó el papa Francisco en otro fragmento del libro.
Bergoglio asegura que Joseph Ratzinger era su candidato porque "era el único que en ese momento podía ser papa". "Después de la revolución de Juan Pablo II, que había sido un pontífice dinámico, muy activo, con iniciativa, que viajaba... hacía falta un papa que mantuviera un sano equilibrio, un papa de transición".
En otra parte se señala que: "Si hubieran elegido a uno como yo, que hace mucho lío, no habría podido hacer nada. En aquel momento, no habría sido posible. Yo salí contento. Benedicto XVI fue un hombre que acompañó el nuevo estilo. Y no le fue fácil, ¿eh? Encontró mucha resistencia dentro del Vaticano".
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