Buscar huellas de vida en Marte es el gran objetivo de las misiones al planeta rojo, pero según un nuevo estudio la radiación solar destruye las firmas biomoleculares de la superficie marciana, aunque no a las que se ocultan en las capas interiores del planeta.
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Buscar huellas de vida en Marte es el gran objetivo de las misiones al planeta rojo pero según un nuevo estudio la radiación solar destruye las firmas biomoleculares de la superficie marciana, aunque no a las que se ocultan en las capas interiores del planeta.
Los resultados tienen implicaciones para la actual misión Perseverance (que ya opera en Marte) y para la futura misión Rosalind Franklin, ambas equipadas con espectrómetros Raman, una tecnología que usa la luz para identificar las sustancias químicas del suelo y biomoléculas.
Los autores del estudio, liderado por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y el Instituto de Planetología, de Berlín, querían saber cómo afectan la radiación ultravioleta, la radiación ionizante y los compuestos oxidantes a las trazas detectables (biomoléculas) y comprobar si la tecnología Raman podía detectarlos después.
Para ello, llevaron a cabo un experimento en la Estación Espacial Internacional (EEI) en el que durante 469 días sometieron a distintos tipos de biomoléculas a las duras condiciones de Marte y del espacio.
"Queríamos ver qué pasa cuando expones distintos tipos de moléculas y organismos extremófilos (bacterias, líquenes, hongos y algas) a la radiación ultravioleta extraterrestre porque cuando ésta incide sobre una parte biológica se producen reacciones fotoquímicas que degradan esos compuestos o biomarcadores, que son los que persiguen las misiones", explicó a Efe Rosa de la Torre, investigadora del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y coautora del estudio.
El experimento se realizó en la parte rusa de la EEI, en la plataforma EXPOSE R2, integrado en un hardware que permitía la entrada de vacío espacial y el impacto de radiación extraterrestre UV-C extrema, apuntó De la Torre.
Simulación de Marte
Otro área del hardware idéntica a la anterior permitió la simulación de condiciones ambientales de Marte, composición y atmósfera marciana (95% de CO2 y otros gases minoritarios), además de radiación UV.
En su mayor parte, las muestras del estudio eran líquenes que habían sido recogidos en zonas análogas de Marte, sustratos rocosos, volcánicos y arcillosos (de Canarias y la estepa central), con unas condiciones climatológicas extremas.
Las muestras biológicas se colocaron en la zona superficial del sustrato o regolito marciano.
Durante los dieciocho meses que duró el estudio, la capa superior de muestras estuvo expuesta a la radiación solar, mientras que las capas media e inferior estuvieron protegidas de esa radiación.
A continuación, el equipo analizó las muestras con Raman, una técnica no invasiva que utiliza la luz para analizar muestras in situ e identificar las distintas moléculas y sus cambios estructurales (y que, además, es la que llevan los rovers de exploración Perseverance y Rosalind Franklin).
Los resultados mostraron que la zona superficial de las muestras mostraban una señal más tenue de algunos biomarcadores que los situados en las zonas más internas, a través de la espectroscopia Raman
Para los autores, estos resultados apuntan a que las firmas biomoleculares de la superficie marciana son indetectables después de pocos años de haber estado sometidos a la radiación ultravioleta.
Por tanto, "si hubiera existido vida en Marte, detectable gracias a los biomarcadores en la superficie, tendrían que haber sido extremadamente resistentes a la radiación ultravioleta, lo cual es muy poco probable", explica De la Torre.
Por el contrario, "hay muchas posibilidades de identificar biomoléculas o biomarcadores en las zonas no expuestas directamente a la radiación, como en áreas subterráneas o en nichos que estén protegidos, como cuevas, o incluso en interior de las rocas, donde viven los organismos endolíticos", concluye.
Sobre estos resultados, el estudio concluye que el instrumento Raman del Rosalind Franklin, equipado con un taladro para perforar hasta dos metros por debajo de la superficie marciana -donde no llega la radiación solar-, es perfectamente capaz de encontrar biomarcadores o bioindicadores de vida bajo la superficie de Marte.
En el caso de Perseverance, sin embargo, que busca muestras superficiales, la identificación de biomarcadores no está asegurado, si bien, esta misión no está enfocada en buscar vida en Marte sino en otros objetivos como traer muestras del planeta para compararlas con meteoritos o en testear tecnología para futuras exploraciones.
(EFE)
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