Mario Draghi explicó las decisiones anticovid-19 de su Gobierno, algunas muy controvertidas, como el regreso presencial a las aulas o la vacunación obligatoria para los mayores de 50 años.
El primer ministro de Italia, Mario Draghi, justificó hoy las últimas medidas de su Gobierno para contener la pandemia, que van destinadas a "proteger a todos los italianos" pues "gran parte de los problemas de hoy son los no vacunados",.
Draghi compareció ante los medios para explicar las decisiones anticovid de su Gobierno, algunas muy controvertidas, como el regreso presencial a las aulas o la vacunación obligatoria para los mayores de 50 años, después de ser muy criticado por no hacerlo tras el Consejo de Ministros que las adoptó este miércoles.
LA ESCUELA, UNA PRIORIDAD
"La escuela es fundamental para nuestra democracia, debe ser protegida", dijo Draghi, que estuvo acompañado por sus ministros de Sanidad, Roberto Speranza, y Educación, Patrizio Bianchi, además de por el coordinador del Comité Técnico Científico (CTS) que asesora al Gobierno en la lucha contra la pandemia, Franco Locatelli.
Al regreso hoy de los clases presenciales se oponían regiones, directores y sindicatos, que han alertado de que la educación online será inevitable ante la avalancha de contagios generados por ómicron.
"El objetivo del Gobierno es que las escuelas estén abiertas. Basta ver las desigualdades que se han producido cuando se han dado las clases en remoto, desigualdades destinadas a permanecer que se reflejan a nivel de norte y sur, y que les persiguen después en su trayectoria profesional", subrayó Draghi.
"Nuestras escuelas han reabierto hoy como en otros grande países europeos, como Francia, Alemania o Reino Unido, con una situación pandémica similar a la nuestra", agregó, asegurando que Italia ha perdido 65 días de media de escuela por la COVID-19 respecto a los países más ricos del mundo, que ha sido de 27 días.
LOS NO VACUNADOS, EL PROBLEMA
"El 2022 es un año que hay que afrontar con prudencia, confianza y, sobre todo, con humildad", aunque "gracias a la vacunación, la situación sanitaria y económica es muy diferente a la del año pasado".
Entre las últimas medidas adoptadas también figura la vacunación obligatoria para los mayores de 50 años y los que no lo hagan serán multados con 100 euros, mientras que quienes intenten ir a trabajar sin haber recibido el pinchazo recibirán sanciones de entre 600 a 1.500 euros.
Esta medida, que implica multas de 100 euros para quienes no la cumplan, ha levantado una fuerte polémica en el sector sanitario, en el que se considera que ese es el precio que "cuesta" su salud.
Draghi aseguró que su aprobación responde "a los datos", pues los no vacunados "tienen una probablidad mucho mayor de enfermar".
Speranza explicó que actualmente Italia tiene algo más del 10 % de la población de más de 12 años sin vacunar, y son estos, los que no se inmunizan, los que "ocupan dos tercios de las unidades de cuidados intensivos y un 50 % de las hospitalizaciones en salas ordinarias".
(AFP)
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