El lunes 6 de febrero se conocerá la sentencia contra los ocho acusados del homicidio del estudiante Fernando Báez Sosa frente a una discoteca en el 2020. La muerte del joven generó una ola de repudio generalizado en Argentina y el juicio due transmitido diariamente por la televisión del país.
Un tribunal de Argentina se apresta para dictar sentencia este lunes 6 de febrero en un juicio a ocho jóvenes acusados de haber asesinado hace dos años a Fernando Báez Sosa a la salida de una discoteca, un caso que ha conmocionado a la opinión pública en Argentina y en Paraguay.
El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad bonaerense de Dolores (200 kilómetros al sur de la capital argentina) dará a conocer su veredicto en el juicio que comenzó a principios de enero pasado contra los ocho acusados de haber matado a golpes y patadas a Báez Sosa durante la madrugada del 18 de enero de 2020.
La muerte de Fernando Báez Sosa, producto de traumatismos de cráneo, generó una ola de repudio generalizado en el país. La víctima era hijo de una cuidadora de ancianos y un albañil, ambos inmigrantes paraguayos. Había iniciado la carrera de abogacía, luego de graduarse en un colegio parroquial católico y realizar obras de caridad.
Los imputados son Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, actualmente de entre 21 y 23 años, un grupo de amigos de las ciudad bonaerense de Zárate que jugaban juntos al rugby y que habían ido de vacaciones en enero de 2020 a la localidad bonaerense de Villa Gesell (380 kilómetros al sur de Buenos Aires). También allí había ido de vacaciones Fernando Báez Sosa.
"Lo atacaron por la espalda, lo tiraron por el piso. Le reventaron la cabeza, ese cuerpito que yo lo tuve nueve meses en mi panza", se lamentó la madre Graciela Sosa, cuando inició el juicio junto a su esposo, Silvino Báez.
El crimen
La madrugada del 18 de enero del 2020, Fernando Báez Sosa fue atacado a la salida de una discoteca en el balneario de Villa Gesell, 370 km al sur, por un grupo de ocho jóvenes, que en aquel momento tenían entre 18 y 21 años y que se conocían de jugar rugby en el Naútico Arsenal Zárate, un club provincial a 90 km al norte de Buenos Aires.
Los protagonistas habían sido expulsados por personal del local tras un altercado en el interior, pero el enfrentamiento siguió en la calle.
De acuerdo con las grabaciones de las cámaras de seguridad, "los rugbiers" -como se les conoce mediáticamente- esperaron a que la Policía y el personal de seguridad del local se alejaran de la zona para atacar a Fernando Báez Sosa por la espalda y, una vez en el suelo, continuaron propinándole patadas y golpes de puño hasta dejarlo inconsciente.
La Fiscalía sostiene que varios de los agresores formaron un círculo alrededor del joven para evitar que sus amigos lo rescataran, mientras el resto seguía atacándolo.
Mientras los atacantes de Fernando Báez Sosa lo pateaban en el suelo le gritaban insultos racistas, según testigos, registros de cámaras de seguridad y chats posteriores entre los acusados, que pasaban sus vacaciones en Villa Gesell.
"¡Maten al negro de mierda!", dijeron testigos haber escuchado en el momento del ataque, señal el fiscal Juan Manuel Dávila.
Fernando Báez Sosa, quien era hijo único, murió de un traumatismo de cráneo causado por los golpes recibidos cuando estaba tendido en la vereda.
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Prisión preventiva
Los acusados --Máximo Thomsen (23 años), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), los hermanos Luciano (21) y Ciro (22) Pertossi, y su primo Lucas (23)-- fueron arrestados el mismo día.
Cumplen prisión preventiva en una cárcel de la periferia sur de Buenos Aires, desde donde fueron trasladados a Dolores, 200 km al sur, mientras se desarrolla el juicio, iniciado el 2 de enero y en el que se escuchó a más de 150 testigos.
Están acusados de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", así como de causar "lesiones leves" a amigos de Fernando Báez Sosa que intentaron ayudar a la víctima.
Solicitan cadena perpetua
Durante la primera jornada de alegatos el 25 de enero de este año, los fiscales Gustavo García y Juan Manuel Dávila pidieron, ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de la localidad bonaerense de Dolores, cadena perpetua para los imputados, por los delitos de homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas.
Los ocho acusados fueron considerados como “coautores” de este crimen, debido a la forma en la que presuntamente llevaron a cabo el asesinato de Fernando Báez Sosa.
Según el relato del Ministerio Público Fiscal, los imputados Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi “se pusieron de acuerdo para darle muerte” a Fernando Báez Sosa.
"Mataron por matar"
Los abogados de la familia de Fernando Báez Sosa coincidieron con el pedido de la fiscalía.
"Alcanza y sobra para condenar a prisión perpetua" a los acusados, argumentó el abogado Fernando Burlando.
Segun la querella, Fernando Báez Sosa fue atacado "por la espalda, aprovechando su indefensión y sin riesgo para la manada".
"Mataron por matar. Realmente es inexplicable. No les importó a quién. Su plan fue llevárselo de trofeo. La coordinación sincronizada de acciones les permitió construir una muralla infranqueable", afirmó Burlando.
El código penal argentino contempla reclusión perpetua para el homicidio agravado. Si los jueces dictaran sentencia por homicidio simple, la pena es de entre ocho y 25 años; y si fuera homicidio en riña, como argumenta la defensa, de dos a seis años.
Piden perdón y solicitan absolución
El 26 de enero, los ocho 'rugbiers' acusados del crimen de Fernando Báez Sosa pidieron disculpas a la familia de la víctima Ellos tuvieron expresiones como "pido perdón", "pido disculpas", "no hubo intención de matar", "no hubo un plan (de asesinar)" y "estoy arrepentido".
En la audiencia final en un tribunal de Dolores, el abogado defensor Hugo Tomei solicitó "la absolución" de los acusados por la muerte de Fernando Báez Sosa, ocurrido en 2020 en el balneario de Villa Gesell.
"No se pudo probar el plan para matar. No hubo estado de indefensión (de Báez Sosa) bajo ningún concepto", argumentó. "Estos pibes no tenían ni idea de lo que había pasado (...). Cuando uno interpreta todo, baja de ese pedestal de que son asesinos inhumanos", añadió el abogado defensor.
Uno de los acusados, señalado por los fiscales como líder del grupo, Máximo Thomsen, de 23 años, rompió a llorar el jueves mientras afirmaba: "Me lastima muchísimo. Jamás tuvimos intención de algo así. Quiero pedir disculpas".
"Que se pusieran a llorar no me conmovió, porque mataron a mi hijo", dijo ante los jueces la madre de Fernado Báez Sosa, Graciela.
Tomei admitió la agresión de sus defendidos. Pero dijo que "en todo caso, el hecho podría ser encuadrado como agresión en riña (que conlleva una pena de 2 a 6 años) u homicidio simple (8 a 25 años), sin que "se pueda saber nunca quién mató" a Báez Sosa.
Reacción en Paraguay
Además, el Congreso de Paraguay también se sumó a los pedidos de justicia por Fernado Báez Sosa, ya que sus padres son inmigrantes paraguayos radicados en Argentina.
La diputada promotora de la iniciativa, Norma Camacho, del opositor Partido Encuentro Nacional (PEN), tomó de ejemplo este crimen para llevar "adelante todas las políticas posibles para erradicar la violencia".
El veredicto del tribunal sobre el caso Fernado Báez Sosa se conocerá el 6 de febrero, se informó oficialmente tras ser modificada la fecha original del 31 de enero.
(Con información de EFE y AFP)
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